¡El famoso café colombiano! Ese que viene a la mente de todos cuando pensamos en café de calidad. Pero ¿por qué sucede eso? Hoy descubriremos esta maravillosa bebida de especie arábica que tanto nos encanta. Y es que, hasta quienes no consumen café, suelen optar por el colombiano como obsequio para una persona especial.
¡Quédate a descubrir cómo y por qué se ha posicionado el café colombiano como uno de los mejores! ¿A qué se debe su auténtico sabor? ¿Cómo puede reconocerlo tu paladar? ¿de qué partes de Colombia proviene? Y, sobre todo, cómo se prepara en casa.
¿Qué es café colombiano?
El café colombiano proviene de la fruta de cafetos sembrados en este país del norte suramericano. La mayoría de estos cafetos son de especie arábica aunque existe un pequeño porcentaje de la especie robusta. ¡Esto último sí que es una novedad considerada apenas desde el 2018!
Cuando los granos de café son de especie arábica cumplen con ciertas características: menor cantidad de cafeína, cuerpo medio y sabor floral, frutal, muy aromático. Es decir que, comparado a la especie robusta, resulta más suave y divino al paladar. De hecho, es el de mejor calidad.
¿Un dato curioso? Colombia no es el mayor productor de café en el mundo, sino Brasil. Aunque Colombia, su hermano, es el más grande exportador. Sus microclimas aseguran cosechas perfectas, auténticas, además que el lavado de sus granos es tradicional.
No te mentiremos: clasificar el café colombiano es un poco complicado. Este se produce desde el norte hasta el sur y en diversas condiciones. Pero no te preocupes, intentaremos explicarlo de la forma más sencilla. La idea es que, como amante del café, conozcas más sobre el mismo. ¡Comencemos por sus zonas de cultivo!
Café colombiano según su zona de cultivo
La calidad del grano de café es algo que se nota al degustarlo. Y, en particular, el café colombiano no es cualquier café convencional. Sí, por supuesto que puedes tomarlo a diario, tampoco se trata de que sea guardado en tu alacena solo para momentos o reuniones especiales.
El punto es que, en Colombia, el grano de café siempre será premium. Estos granos provienen de diversas altitudes y climas. A su vez, varían según la zona colombiana donde son cosechados: desde el norte hasta el sur.
Café de Santander
Esta zona de cultivo se encuentra en el noreste del país. Su emblemático sistema de siembra es: cultivar bajo la sombra de la selva colombiana. Eso lo convierte, hasta ahora, en un café orgánico. El cerezo se toma su tiempo en esta zona, es paciente, asegurándose así una cosecha especial.
¿Resultados? Primero, granos con madurez ideal para ser tostados. Segundo, delicioso café con cuerpo y acidez media. Su sabor es dulce y frutal. Es ese tipo de café que podrás tomar sin endulzar. Así que si prefieres el café con tales características, se convertirá en tu favorito.
Café de Huila
El café de huila es reconocido a nivel mundial por el lavado de granos: gran calidad. Ese es el enfoque de esta zona de cultivo. Prepárate para descubrir un aroma intenso, uno con tintes acaramelados y frutales. ¡Ideal para despertar con buen humor!
Café de Nariño
Al igual que el café de la zona Huila y Santander, el café Nariño es de calidad exclusiva. Se destaca por aprovechar toda la materia orgánica del suelo y ser cosechado en elevadas alturas y a bajas temperaturas.
Cuando eso sucede, las plantas “se endulzan más”. En fin, es un café ácido, de cuerpo medio, con un aroma acentuado. Tanto este café colombiano como los anteriores, son deliciosos. Así que te invitamos a probarlos todos.
Café de Sierra Nevada
La palabra “Sierra nevada” ya nos da una idea sobre este café colombiano. Está sembrado a más de 5000 metros sobre el nivel del mar. Es muy curioso el caer de la nieve sobre estos cultivos, ya que está demasiado cerca del Mar Caribe. ¡Magia de los microclimas suramericanos!
Su sabor es equilibrado: acidez media y tintes de chocolate. El aroma, dulcísimo y especiado. Como la siembra recibe poca luz solar, prácticamente es un cafetal bajo sombra. Eso sí, los suelos donde se siembra tienen menos nutrientes que los anteriores.
Café del Tolima
Sobre este lugar de origen, te contamos que las lluvias abundan durante todo el año y su clima es cálido. Por lo tanto, su tierra se vuelve un poco arenosa, llena de nutrientes. En total, los cafetos florecen dos veces al año.
Se trata de un café muy bien equilibrado con respecto a su acidez y cuerpo. Su sabor es el tradicional de todo el café colombiano: sabor dulce, frutal y un poco cítrico.
Café de Cauca
En esta zona se produce café suave, único como los demás, con acidez alta, cuerpo medio, balanceado y con notas dulces. Su aroma es delicioso.
Entonces, ¿te atreverías a probar cada uno de estos cafés colombianos? A nosotros, amantes del café, se nos hace agua la boca.
Café colombiano según su nivel de tostado
Todos los sabores, aromas y cuerpo que fluyen de zonas específicas colombianas donde es sembrado el café, corresponde a un tostado especial. Recuerda que existen tipos de café, como el café verde, cuyo grano no es tostado. Sin embargo, esta vez solo nos concentraremos en el café colombiano tostado.
Café colombiano de mediano y alto tueste
¡Aquí encontrarás el sabor y aroma perfecto! Lo recomendamos porque es el punto insuperable para disfrutar del café colombiano en todo su esplendor. Cada amante del café debería probarlo tostado de nivel medio o alto. ¿Por qué? Pues, allí está la amplia variedad del café, todos sus matices. ¡Quedarás enamorado de este!
Café colombiano de ligero tueste
Cuando los granos de café colombiano son ligeramente tostados, se obtiene un café ácido, acaramelado, frutal y con tintes de cacao. Digamos que es un café más fuerte, por ello te recomendamos acompañarlo con leche o chocolate. Tanto en infusiones como frío. ¡No te arrepentirás! Es la mejor forma de comenzar el día.
¿El café colombiano es orgánico?
Existe dos condiciones para que el café sea considerado orgánico o ecológico: su cultivo singular y la conciencia ecológica. Sobre el cultivo podríamos relacionarlo al café colombiano ya que, generalmente, se siembran los cafetos bajo sombra y sus granos son seleccionados con mucho cuidado.
Ahora, cuando hablamos de conciencia ecológica, entramos en otro campo. Ciertamente existe café orgánico en la amplia gama que ofrece el café colombiano pero no todo el café colombiano es ecológico. Si lo que buscas es café delicioso y que a su vez sea cosechado con conciencia ecológica, lo ideal es fijarse en los sellos que lo certifican “Rainforest Alliance”, “eco friendly” o “bird friendly”.
¿Cómo se prepara el café colombiano?
No existe alguna forma particular para preparar café colombiano, solo dependerá de tu gusto. Pero queremos darte algunas recomendaciones para prepararlo según sus presentaciones: en grano, molido, en cápsulas, descafeinado e instantáneo.
Café colombiano en grano
Punto clave: conseguir un buen molinillo. Te servirá uno manual o eléctrico. El primero es más artesanal pero conservará mejor las propiedades de tu café. El segundo es muchísimo más práctico y rápido pero suele calentarse un poco, así que ahí se le restan puntos. Todo dependerá de tu tiempo.
Café colombiano molido
Práctico y versátil. Esta presentación debes conservarla muy bien para que mantenga el aroma y sus propiedades. Aunque no te preocupes, generalmente los empaques traen filtros especiales para eso. Ahora, sobre la preparación: cafeteras italianas, francesas, filtros de tela o cesve (cafetera turca).
Café colombiano en cápsulas
La tecnología se adapta al estilo de vida más eficiente con respecto al aprovechamiento del tiempo. Te contamos que el café colombiano también viene en cápsulas, unas que te ofrecerá más variedad del mismo. Eso sí, la cafetera de cápsulas es una inversión y debes considerarlo.
Café colombiano descafeinado
No te gusta consumir cafeína, por decisión propia o por alguna patología que te lo impide. Entonces no te preocupes, el café colombiano también se adaptará. Cualquiera de sus presentaciones tienen la “opción” sin cafeína.
Café colombiano instantáneo
Finalmente, el café colombiano instantáneo. ¿Por qué no lo unimos al café en cápsulas? Porque el café instantáneo que viene en paquetes es eso, una sola variedad. En cambio, el de cápsulas te ofrece un abanico más amplio. Lo que sí comparten es la inmediatez, característica que podría ser definitiva para ti.
¿Hay algo que debo tener en cuenta?
Si hablamos de lo bueno, también de lo malo. De esa forma, podrás decidir lo que más se adapte a tu personalidad, estilo de vida y alimentación. Veamos algunas limitaciones que se relacionan al café colombiano.
1. Costo
Sí, el costo. Aquí entra en discusión algo: relación calidad-cantidad. Si bien podrías comprar tres paquetes de café convencional por uno de café colombiano, ¿qué es más importante para ti? Si eres un verdadero amante del café, seguro querrás optar por el café colombiano pero debes tomar en cuenta que es una inversión.
Por supuesto que el precio variará dependiendo de la productora de café. Pero creemos justo advertirte ese detalle. Supongamos que tienes un presupuesto reducido pero que adoras el café colombiano. Pues, míralo desde un punto positivo: menos cantidad te asegurará no caer en excesos perjudiciales para tu salud.
2. Veracidad
Muchas veces encontrarás “café colombiano” en cualquier tienda. Y… sí, sirve como estrategia, una etiqueta destinada solo para vender en gran cantidad. Si eres principiante, fíjate en dos cosas: las descripciones del empaque y en el olor. ¡Todo es el aroma! Si es dulce, frutal e intenso, ¡es café colombiano!
3. Adicción
El consumo excesivo de café no es solo perjudicial para la salud, sino que, en el peor de los casos, puede causar adicción. ¿Has escuchado el dicho de que alguien debe sufre migrañas porque ha pasado horas sin tomar café? Bueno, esa ya es una mala señal.
¡Así que mucho cuidado con los excesos! El café colombiano no es una bebida genérica, es una especial. Entonces tómala como tal, disfrutala a su medida ideal. Compártela con amigos, colegas, familiares, etc. El principio esencial del café es la invitación para la reunión y la conversación.