Papaya deshidratada

La papaya es una fruta tropical originaria del centro y el sur del continente americano. Carnosa y dulce, su pulpa recuerda al melón, aunque de color rojizo.

En los últimos tiempos se ha hecho muy popular la papaya deshidratada, que se comercializa en tiras. Pero hay que tener cuidado porque algunas marcas también les añaden un extra de azúcar, lo que contrarresta las muchas cualidades saludables que contiene esta fruta.

Propiedades de la papaya deshidratada

La papaya deshidratada mantiene todos los nutrientes que se encuentran en la fruta en su estado natural, a excepción del agua. Los más destacables son la vitamina A (betacaroteno), la fibra y los antioxidantes, entre los que se encuentra la vitamina C.

En menor cantidad también contiene las vitaminas B9, E y K, así como calcio, magnesio y fósforo. De hecho, media papaya aporta el doble de las necesidades diarias de vitamina C, el 25 % de betacarotenos, casi un 40 % de ácido fólico y un 20 % de vitamina E.

Además, la papaya solo tiene unas 40 calorías por cada 100 gramos, incluso menos que la manzana o la naranja.

En cuanto a sus propiedades, estas son las principales:

Reduce el colesterol

Gracias a la fibra, el intestino absorbe menos colesterol, por lo que se mantiene en niveles óptimos.

Activa el metabolismo

Mientras que los antioxidantes aumentan la quema de grasas por el proceso de termogénesis, la presencia de la enzima papaína mejora la digestión (al descomponer las proteínas) y evita la acumulación de líquido.

Antioxidante y antiinflamatoria

Los componentes de la papaya deshidratada frenan el proceso de oxidación y alivian los síntomas de enfermedades crónicas inflamatorias.

Energizante

Las vitaminas de la papaya combaten la fatiga.

Protege los huesos y los vasos sanguíneos

La vitamina C contribuye a la formación de colágeno, compuesto principal de las paredes vasculares y un elemento importante en la formación y fortalecimiento de huesos y articulaciones.

Fotoprotectora

La vitamina A mantiene en buen estado las células fotosensibles, permitiendo que el ojo se adapte a los diferentes grados de luz sin perder visión.

Beneficios de la papaya deshidratada

La riqueza nutricional de la papaya deshidratada convierte a esta fruta en un alimento ideal para proteger nuestra salud debido a los múltiples beneficios que aporta.

Mejora las digestiones

La papaína de la papaya deshidratada ayuda a digerir mejor las comidas pesadas, reduciendo considerablemente la sensación de pesadez y calmando la inflamación de estómago. También resulta útil para aliviar los síntomas de la gastroenteritis, la colitis ulcerosa y el síndrome del intestino irritable.

Combate el estreñimiento

En casos de estreñimiento ocasional, la papaya deshidratada puede ser de ayuda, ya que actúa como un laxante suave.

Protege el corazón

Gracias a la fibra y a los antioxidantes, comer papaya deshidratada regula los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, impidiendo que se formen placas de grasa en las paredes arteriales. De esta manera, se minimiza el riesgo de sufrir trombos y aterosclerosis que más adelante desencadenen una afección cardiovascular.

Fortalece la piel y el cabello

Los antioxidantes de la papaya deshidratada combaten el envejecimiento celular prematuro, mientras que la vitamina C suaviza las arrugas al colaborar en la producción de colágeno, una sustancia que da elasticidad y firmeza a la piel.

De esa misma elasticidad se beneficia el cabello. La vitamina A, por su parte, lo protege de los rayos solares y de los productos químicos al estimular la producción de grasa capilar. Esto evita que se reseque en exceso.

Favorece la salud ocular

Como hemos visto con anterioridad, la papaya deshidratada contiene vitamina A, un micronutriente necesario para proteger la retina y retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con la edad, como el glaucoma o la degeneración macular.

Activa el sistema inmunitario

Las vitaminas A, C y B9 intervienen en la formación de glóbulos blancos, aumentando nuestras defensas y preparándonos mejor para afrontar infecciones.

Cuida de huesos, músculos y articulaciones

Los minerales presentes en la papaya deshidratada fortalecen los huesos y los dientes, mientras que el colágeno le da resistencia y flexibilidad a las articulaciones. Estas, a su vez, mejoran el rendimiento muscular.

Previene la diabetes

La gran cantidad de fibra de la papaya deshidratada ralentiza la absorción de glucosa a nivel intestinal, controlando los picos de azúcar en el torrente sanguíneo.

Contraindicaciones de la papaya deshidratada

Como muchas otras frutas, la papaya deshidratada no está exenta de producir reacciones adversas en algunas personas. Por eso, si vas a consumir esta fruta, es importante que primero tengas en cuenta las siguientes observaciones:

  • Personas alérgicas al látex. La papaya deshidratada contiene esta sustancia, causante de reacciones alérgicas en personas sensibles.
  • Embarazo y lactancia. Si la fruta está madura, puede ser consumida sin problemas, pero en caso contrario, hay que evitarla. La papaína en grandes cantidades puede causar anomalías en el feto, y abortos prematuros al provocar las contracciones del útero.
  • Diabetes y presión arterial baja. La papaya disminuye los niveles de azúcar en sangre, por lo que los síntomas de estos trastornos pueden empeorar. Es recomendable hablar con el médico antes de consumir la fruta.
  • Anticoagulantes. La papaya deshidratada por sí misma produce un efecto anticoagulante, así que no se aconseja comerla si estás siguiendo un tratamiento con estos fármacos.
  • Toxicidad. La papaya deshidratada contiene carpina, una encima que en cantidades elevadas en el organismo puede adormecer los nervios hasta el punto de la parálisis.

Cómo usar la papaya deshidratada

Para un consumo seguro de papaya deshidratada se aconseja no exceder de los 20 o 30 gramos diarios.

Puedes comerla a cualquier hora del día, cuando te apetezca picar algo saludable o cuando necesites reponer fuerzas.

También tienes la opción de incorporarla al yogur, los batidos y los cereales. Incluso puedes incluirla en ensaladas, salsas y todo tipo de postres, desde hojaldres y helados a mousses, crepes y flanes.

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