Almendras largueta

Uno de los frutos secos más consumidos en el mundo es la almendra y ya lo era hace alrededor de cinco mil años. Parece ser que las primeras variedades de almendro (Prunus dulcis) que se cultivaban daban frutos de sabor amargo. Pero, con el tiempo, el hombre aprendió a crear almendras dulces. Esto dio paso a la aparición de diversos tipos de almendras que pronto se utilizarían como ingrediente culinario, sobre todo en repostería.

En la actualidad, podemos encontrar recetas elaboradas con almendras en las gastronomías de todo el planeta. Entre las variedades más utilizadas se encuentra la almendra largueta.

A continuación, te explicamos cuáles son sus principales características y propiedades.

¿Qué son las almendras largueta?

La almendra largueta es autóctona de España y se caracteriza por su forma alargada y estrecha, de ahí su nombre.

Es menos dulce que la almendra marcona pero de excelente calidad e igual de apreciada por los reposteros. De hecho, es la preferida para elaborar postres y helados. Además, es el tipo de almendra que solemos encontrar en el supermercado para tomar como aperitivo.

Otro punto a su favor es que su cáscara se desprende con facilidad, por lo que es fácil manipularla.

La almendra largueta, junto con la Marcona, es más jugosa que otras variedades porque contiene un elevado porcentaje de aceites saludables que, a su vez, intensifican su sabor.

Propiedades nutricionales de la almendra largueta

Está suficientemente demostrado que las almendras en general cuentan con muchas propiedades saludables. Y las almendras largueta no podían ser menos. Esto se debe al elevado porcentaje de nutrientes esenciales que poseen. Destacan los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas saludables, la fibra, los antioxidantes, algunas vitaminas y un buen número de minerales.

Veamos cuáles son algunas de esas propiedades.

Contienen nutrientes de calidad

  • Proteínas. Las almendras son ricas en aminoácidos, que son las piezas con las que nuestro cuerpo construye las proteínas. Estas, a su vez, son necesarias para el crecimiento, desarrollo y fortalecimiento de todos los órganos y tejidos del organismo. Además, intervienen en prácticamente todos los procesos biológicos que tienen lugar en nuestro interior.
  • Hidratos de carbono. Las almendras no aportan calorías vacías, al contrario, todas ellas son útiles y están bien aprovechadas. De hecho, nuestro organismo nos proporciona energía de forma gradual a lo largo del día, según lo necesitemos, y esto es gracias a que los hidratos de carbono contenidos en las almendras se absorben lentamente.
  • Grasas saludables. A pesar de su contenido en grasas, aproximadamente el 90% de ellas son insaturadas, lo que convierte las almendras en un alimento saludable tanto para nuestro corazón como para el sistema nervioso.
  • Minerales. Las almendras son uno de los alimentos más ricos en calcio que existen, superando incluso a la leche. Pero también contienen una buena proporción de otros minerales como el fósforo, el magnesio, el hierro, el manganeso y el zinc. Todos ellos contribuyen a fortalecer los huesos y el sistema inmunitario, así como a mantener en buen estado nuestro cerebro y oxigenar los tejidos, entre otras funciones.

Tienen poder antioxidante

El poder antioxidante de las almendras se debe principalmente a dos elementos: la vitamina E y los flavonoides. Sin embargo, en su piel se concentran los polifenoles, otros compuestos altamente antioxidantes. Esta cualidad de las almendras permite combatir los radicales libres que aceleran el envejecimiento y aumentan las probabilidades de sufrir procesos inflamatorios como la artritis, enfermedades relacionadas con el corazón, la diabetes o incluso el cáncer.

Beneficios de la almendra largueta para la salud

Que las almendras tengan propiedades tan saludables significa que, al consumirlas, se transforman en beneficios para nuestra salud. Estos son algunas de las más importantes:

Protegen el corazón

La abundancia de grasas saludables y antioxidantes de las almendras es un aliado perfecto para mantener a raya el colesterol malo (LDL) y aumentar los niveles del bueno (HDL). Esto, junto a un estilo de vida saludable, permite tener unas arterias y un corazón más sanos. Lo que se traduce en un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Ayudan a regular el peso

Para controlar el peso es esencial no ingerir más calorías de las que nuestro cuerpo es capaz de quemar. Las almendras son muy calóricas (575 calorías por cada 100 g), pero si nos limitamos a comer la cantidad diaria recomendada no ingeriremos ni calorías ni grasas de más. Además, nuestro cuerpo se sentirá saciado gracias a la fibra que contienen, lo cual frenará el impulso de picar entre horas.

Controlan los niveles de azúcar

Los carbohidratos que contienen las almendras son relativamente pocos y, como hemos visto, de absorción lenta. Esto también influye en la regulación de la glucosa en la sangre y evita que sus niveles se disparen, manteniéndolos equilibrados.

Fortalecen en los huesos

Las almendras contienen los minerales necesarios para que nuestros huesos estén sanos y fortalecidos. Incluso pueden ser de ayuda para prevenir o retrasar la osteoporosis.

Mejoran la piel y la visión

Pocas personas saben que las almendras son buenas para nuestra salud ocular. Esto es posible gracias a la acción de la riboflavina, o vitamina B2. Esta, en asociación con los antioxidantes, también retrasa la aparición de las arrugas manteniendo la piel elástica durante más tiempo.

Regulan los estados de ánimo

Las almendras contienen tirosina y triptófano, dos aminoácidos que intervienen en la producción de los neurotransmisores encargados de influir en los estados de ánimo y regular el sueño.

Son buenas durante el embarazo

Un puñado de almendras 2 o 3 veces por semana (o más, si el médico lo considera oportuno) puede hacer que una mujer embarazada fortalezca su organismo y tenga energía en los momentos de cansancio. Además, ayudará a que el bebé se desarrolle en óptimas condiciones.

¿Cómo consumir almendras largueta?

La almendra largueta es ideal para comer en crudo o tostada, de ahí que sea la más demandada por los fabricantes de aperitivos. Pero también es una de las más utilizadas en repostería, no sólo por sus características organolépticas, sino también por su precio, ya que es más barata que la marcona. Por eso, la podemos encontrar en chocolates, bombones, dulces navideños y todo tipo de pasteles.

Pero hay que tener cuidado. Al consumirla como snack es fácil comer más de la cuenta, lo que comportará un exceso de calorías. Para evitarlo, conviene no pasarse de los 30 g diarios recomendados por los expertos en nutrición.

¿Cómo tostar almendras largueta?

Cuando se tuestan las almendras, su textura se vuelve más crujiente y su sabor se intensifica. ¿Has probado a tostarlas en casa? Es un proceso fácil que no te llevará mucho tiempo, a no ser que las quieras tostar sin piel. En este caso, primero debes escaldarlas en agua hirviendo (mejor si es el día anterior), después escurrirlas y dejar que sequen completamente.

Estos son algunos de los métodos que puedes utilizar para tostar almendras:

Horno

  • Precalienta el horno a 180-200 grados, con calor arriba y abajo, durante unos 10 minutos.
  • Forra una bandeja con papel vegetal y coloca encima las almendras sin amontonarlas. Introdúcela en el horno.
  • Después de 3 o 4 minutos, remueve las almendras para que se tuesten por ambos lados. Vuelve a meter en el horno y deja tostar otros 3 minutos.
  • El tiempo de horneado variará dependiendo de cada horno, del tamaño de las almendras y de si están partidas o enteras. Por eso es importante que controles el tueste para que no se quemen. Cuando veas que han adquirido un color dorado ya podrás retirarlas del horno.
  • Déjalas enfriar.

Sartén

  • Pon a calentar una sartén antiadherente al fuego, que siempre deberá estar al mínimo.
  • Coloca unas cuantas almendras, separadas unas de otras, y remueve con frecuencia para que se tuesten de manera uniforme.

Microondas

  • Introduce un recipiente con las almendras en el microondas durante 30 segundos a máxima potencia.
  • Pasado el tiempo, remueve los frutos secos y vuélvelos a introducir durante 20 segundos más.
  • Repite el proceso hasta que las almendras se doren, siempre disminuyendo los segundos en cada tanda.

Si prefieres condimentar las almendras con sal o alguna otra especia, hazlo cuando aún estén calientes.

Podrás conservar las almendras tostadas durante seis meses si las guardas en un recipiente hermético y en un lugar fresco y seco.

Contraindicaciones de la almendra largueta

Las almendras largueta, al igual que el resto de variedades, no presentan importantes problemas para la salud, a excepción de que la persona sea alérgica a los frutos secos.

Es cierto que pueden provocar algunos efectos secundarios, pero siempre están relacionados con un consumo excesivo de almendras. Estos son algunos de ellos:

  • Trastornos gastrointestinales, como diarrea y estreñimiento.
  • Aumento de peso, por el exceso de calorías y grasas.
  • Problemas de tiroides, por el contenido de yodo.

Por otro lado, el consumo de almendras está contraindicado en bebés y niños pequeños por el potencial peligro de asfixia que existe.

Como ves, son muchos más los beneficios que las almendras pueden aportar que los inconvenientes. Así que no dudes en hacerles un hueco en tu dieta.

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