Los beneficios del café para el hígado

La salud del hígado es importante para el bienestar de todo el organismo. Descubre lo que el café puede hacer por él.

El hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Realiza más de quinientas funciones, entre las que se incluyen la producción de proteínas, el almacenamiento de vitaminas y de energía (en forma de glucógeno), la destrucción de virus y bacterias, la producción de bilis para facilitar la digestión o la eliminación de sustancias tóxicas.

Por lo tanto, debemos cuidarlo bien si queremos que nuestro organismo funcione de forma correcta y nos mantengamos sanos.

Para conseguirlo, nada mejor que llevar una vida saludable y una dieta equilibrada. Son muchos los alimentos que pueden ayudarnos a mantener en buen estado la salud de nuestro hígado, mientras que otros pueden perjudicarlo sin que nos demos cuenta.

Y, ¿qué hay del café? Durante mucho tiempo se ha considerado una sustancia nociva porque supuestamente eleva la tensión arterial y causa problemas cardíacos. Sin embargo, numerosos estudios han descubierto los muchos beneficios que tiene para la salud.

¿Es así también con el hígado? Veamos qué dicen los investigadores.

Lo que revelan las investigaciones

Según publica la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (American Cancer Society), el cáncer hepático es el sexto más común del mundo. Uno de sus precursores, el hígado graso no alcohólico es una patología que no deja de aumentar, hasta el punto de haberse convertido en la primera causa de trasplante de hígado a nivel mundial.

Un estudio conjunto llevado a cabo por las universidades de Southampton y Edimburgo, publicado en la revista BMC Public Health, ha mostrado que beber cualquier tipo de café, incluido el descafeinado, disminuye el riesgo de desarrollar patologías relacionadas con el hígado. Concretamente, existe un 31% menos de posibilidades de sufrir enfermedad hepática crónica, un 20% menos de enfermedad hepática grasa y se reduce a un 49% el riesgo de muerte.

El mayor beneficio se observó al consumir tres o cuatro tazas de café solo al día y, especialmente, si era molido. Este contiene cantidades significativas de cafestol y kahweol, dos sustancias antioxidantes con propiedades antiinflamatorias. Sin embargo, hay que tener cuidado con el cafestol, ya que se ha demostrado que aumenta los niveles de colesterol LDL, o malo.

Por otro lado, cuando un hígado enferma, la primera señal de ello son las cicatrices internas que presenta, llamadas fibrosis. Pues bien, en otros estudios se ha visto que los pacientes que toman café a diario presentan menos cicatrización, mientras que enfermedades como la cirrosis y el cáncer evolucionan de forma más lenta.

Con respecto a la cafeína del café, esta también aporta su granito de arena. Otro estudio publicado en la revista Hepatology, ha demostrado que dicha sustancia favorece la eliminación del exceso de grasa que se acumula en las células hepáticas y previene su aparición. La teína del té también parece tener los mismos efectos.

Por lo tanto, los datos muestran que el café es una bebida con funciones protectoras para el hígado.

Los problemas de hígado

Tradicionalmente, hablar de hígado enfermo ha sido asociado, en la mente de muchos, a personas alcohólicas. Es una idea que hay que desterrar.

Los factores que pueden desembocar en un daño hepático, además del consumo excesivo de alcohol, son varios:

  • Obesidad.
  • Tabaquismo.
  • Diabetes.
  • Infección por hepatitis.
  • Enfermedades hereditarias.
  • Algunos medicamentos.
  • Hígado graso no alcohólico.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Tatuajes o piercings.
  • El uso de insecticidas u otras sustancias químicas.

En el apartado anterior hemos visto que la patología hepática más frecuente es el hígado graso no alcohólico. Afecta a personas con problemas de sobrepeso y obesidad, que sean diabéticas o tengan el colesterol y los triglicéridos altos. Como su nombre indica, se trata de una acumulación de grasa en las células hepáticas que no ha sido causada por el consumo de alcohol. Además, es el causante de la fibrosis. Es muy importante tratar esta enfermedad a tiempo ya que, de no hacerlo, se corre el riesgo de desarrollar complicaciones posteriores que desencadenen en cirrosis y, en casos más graves, en cáncer.

A las personas que lo padecen, el médico les puede recomendar que incluyan el café en su dieta, o que aumenten la dosis, hasta cuatro tazas diarias, si ya acostumbraban a consumirlo. De esta manera, pueden beneficiarse de las propiedades quemagrasas que poseen algunos de sus compuestos y, aunque no sea ningún producto milagroso, consigan una mejoría de los síntomas.

Cómo cuidar la salud de nuestro hígado

Tener un hígado sano es esencial para que nuestro organismo realice bien sus funciones y gocemos de buena salud. No olvidemos que es nuestro órgano desintoxicante. Si le obligamos a trabajar demasiado, debido a lo que comemos o a hábitos nocivos, todo el cuerpo se resentirá. Por eso, para protegerlo y estar saludables es necesario que huyamos del sedentarismo, eliminemos todas esas sustancias que nos perjudican, y diseñemos un plan de alimentación equilibrado.

¿Qué alimentos debemos evitar para no cargar el hígado?

  • Alimentos procesados: es más saludable sustituir el pan blanco, el arroz, la pasta, las galletas y los productos de repostería, por sus versiones integrales.
  • Grasas saturadas: son compuestos que ayudan a que se acumule grasa en el hígado, dando lugar a enfermedades. Hay que evitar las carnes grasas, los embutidos, los aperitivos como las patatas fritas y los productos lácteos ricos en grasa (leche entera, quesos curados, nata, helados, etc.).
  • Colorantes y conservantes alimenticios.
  • Suplementos de hierro: este mineral, como tantos otros, se almacena en el hígado, pero un exceso puede acarrear problemas de salud. Evitémoslos siempre y cuando no estén bajo prescripción médica.
  • Alcohol: beber dos cervezas o dos copas de vino al día no tiene porqué conllevar ningún problema, si estamos sanos. Pero todo lo que sea consumir alcohol de forma excesiva y continuada acabará dañando el hígado.
  • Drogas: no solo dañan gravemente el cerebro, sino que dificultan la oxigenación del hígado, perjudicando a todo el organismo.

Por el contrario, los alimentos que pueden ayudarnos a proteger el hígado son:

  • Los ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, es decir, en ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6. Entre ellos se encuentran los frutos secos, las semillas, pescados azules (sardina, salmón, atún y caballa) y el aceite de oliva.
  • Las carnes magras y las aves.
  • Frutas y verduras, sobre todo los cítricos y las de hoja verde.
  • Café, preferiblemente en el desayuno, otro después de almorzar y un tercero a media tarde.
  • Los lácteos desnatados o semidesnatados, así como el queso blanco o poco curado.
  • Beber abundante agua para ayudar a los riñones a que elimine las toxinas procesadas por el hígado. También se pueden incluir infusiones de diente de león y boldo.

No cabe duda de que debemos proteger nuestro hígado para que todo el organismo esté saludable. Y el café, con todos sus beneficios y consumido de forma moderada, puede ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades hepáticas.