Tomar café, ¿es bueno o malo para la salud?

¿Dudas de si el café perjudica o no tu salud? Sigue leyendo para descubrir los pros y los contras de esta bebida tan popular.

El café quizás sea uno de los productos más estudiados y de los que más controversia ha causado. Numerosas investigaciones han sacado a la luz sus propiedades y beneficios, mientras que otras apuntan a sus desventajas.

Ante tantos datos contradictorios, muchos de ellos alimentados por los mitos populares, es normal que nos asalten las dudas. Por eso, en este artículo intentaremos averiguar cómo afecta el café a nuestro organismo y cuándo es bueno o no tomarlo. Para ello, veremos varias razones, la mayoría con sus pros y sus contras, que nos ayudarán a precisar si el café es perjudicial o saludable para nuestra salud.

Crea adicción

No hay duda de que el café nos carga las pilas y nos ayuda a estar más alerta. La cafeína estimula la producción de dopamina, un neurotransmisor capaz de mejorar nuestra memoria y aprendizaje, estimular los músculos y los huesos para que entren en acción, y proporcionarnos sensaciones de bienestar. Este último es uno de los motivos por los que las personas que toman café de forma habitual, y especialmente mujeres, tienen menos probabilidades de sufrir depresión.

Sin embargo, un consumo excesivo de cafeína puede provocar dependencia. Es un proceso que se acelera sobre todo si se toma en ayunas. Al levantarnos, el organismo libera cortisol, una hormona encargada de despertarnos y proporcionarnos energía de forma natural. Si lo primero que hacemos por la mañana es beber café, con el tiempo, la producción de cortisol disminuirá y dependeremos cada vez más de la cafeína si queremos mantener el nivel de energía necesario para emprender las tareas diarias.

Por otro lado, beber demasiado café puede desembocar en una intoxicación por cafeína, llamada cafeinismo. Sus síntomas son: taquicardia, arritmia, irritabilidad, insomnio, nerviosismo, temblores y aumento de la diuresis.

Beneficioso para el cerebro

La cafeína estimula el sistema nervioso central, haciendo que mejore nuestra capacidad de atención, de concentración y la memoria. Además, sus antioxidantes han demostrado que, a largo plazo y tomado con moderación, el café incluso puede ralentizar el deterioro cognitivo, disminuyendo el riesgo de padecer demencia, la enfermedad de Alzhéimer y de Parkinson.

No obstante, elevadas dosis de cafeína crean una mayor incidencia en el desarrollo de la ansiedad, el nerviosismo y la depresión.

Es bueno para el corazón y reduce la mortalidad

Según publica la Fundación Española del Corazón, tomar 3 o 4 tazas de café al día no perjudica al corazón, a pesar de que eleva ligeramente la presión arterial. De hecho, no se desaconseja su consumo en personas hipertensas. También se ha comprobado que reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, enfermedades neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer.

Pero hay que tener en cuenta que el café, en dosis elevadas, puede provocar la aparición de arritmias y disparar la presión arterial, aumentando el riesgo de mortalidad por problemas cardiovasculares.

Perjudica los huesos

En personas con antecedentes familiares de artritis, la ingesta excesiva de café puede aumentar las probabilidades de que desarrollen la enfermedad.

Por otro lado, la cafeína impide que el intestino absorba el calcio haciendo que sea expulsado del cuerpo en lugar de ir a parar a los huesos. Además, disminuye la eficacia de los osteoblastos (las células encargadas de la formación ósea), con lo que aumenta el riesgo de padecer osteoporosis.

Parece ser que esta propiedad descalcificadora podría contrarrestarse añadiendo leche al café y no tomando más de 3 tazas al día.

Ayuda a adelgazar

Cuando la cafeína se metaboliza en el hígado, se crean tres sustancias. Una de ellas es la paraxantina, conocida por incrementar la lipólisis, un proceso que destruye las grasas sobrantes del organismo. Sin embargo, la cantidad liberada por el café es pequeña, por lo que no se le puede considerar un producto «quemagrasas».

A pesar de ello, el café puede formar parte de una dieta de adelgazamiento por dos motivos: es una bebida acalórica (aporta 2 kcal por taza) y promueve la termogénesis, acelerando la velocidad a la que el cuerpo quema la grasa. Esto último ocurre especialmente ante la presencia de ácido clorogénico, que incorporamos a nuestro organismo al consumir café verde (sin tostar).

Ahora bien, que el café nos ayude a engordar o a perder peso va a depender de cómo lo tomemos. Añadirle azúcar, leche, crema, licor o acompañarlo de pastas y bizcochos aportará una buena cantidad de calorías innecesarias si nuestro propósito es adelgazar.

Diurético natural

La ingesta de café estimula a los riñones y puede hacer que necesitemos ir al baño con mayor frecuencia. Esto no es malo si la función renal es normal y tomamos café de forma moderada. Pero un elevado consumo extendido en el tiempo puede derivar en problemas, tanto renales como de vejiga hiperactiva.

La propiedad diurética de la cafeína produce otra, la deshidratación, aunque no en una medida preocupante, a menos que se abuse del café durante mucho tiempo. Es cierto que este aumenta el volumen de orina, sobre todo en personas sensibles a la cafeína. Sin embargo, los grandes bebedores de café apenas notan este efecto.

Cuidado durante el embarazo

Los efectos de la cafeína se alargan durante el periodo de gestación, así que, como recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, su consumo (provenga del café o de otras fuentes) debe quedar restringido a un máximo de 200 mg diarios, lo que representa 1 o 2 tazas de café. Todo lo que sobrepase esa cantidad, se asocia a bebés prematuros o de bajo peso.

Favorece el rendimiento deportivo

La cafeína, además de reducir el cansancio gracias a la liberación de dopamina, también aumenta la capacidad respiratoria. Como resultado, los músculos reciben un impulso de energía y la resistencia del deportista mejora.

Ahora bien, un consumo regular de cafeína aumenta la tolerancia a esta sustancia, con lo que los bebedores habituales de café apenas notarán sus efectos.

Remedio contra el estreñimiento

Son muchas las personas que después de tomar café sienten la necesidad de ir al baño. A simple vista podría parecer un remedio para quienes padecen estreñimiento, sin embargo, no es así. Es cierto que la cafeína estimula los movimientos intestinales y favorece la evacuación, pero esto no quiere decir que sea un remedio eficaz contra el estreñimiento. Es más, un consumo elevado de café podría empeorar el problema, sobre todo teniendo en cuenta que, a largo plazo, la cafeína puede causar deshidratación, endureciendo las heces.

Por otro lado, eliminar los residuos de forma tan rápida, como en el caso del café, impide que el organismo absorba los nutrientes que ingerimos y, por lo tanto, no los aprovechamos.

Halitosis

Los bebedores habituales de café suelen sufrir sequedad bucal debido a sus propiedades deshidratantes. Como resultado, las células muertas del revestimiento interno de la boca liberan gases sulfurosos, produciendo el mal aliento.

Además, quienes consumen entre 5 y 6 tazas al día, corren el riesgo de tener los dientes manchados.

Ahora conoces un poco mejor qué efectos puede tener el café en tu salud. Y si hay algo que ha quedado claro es que, si eres una persona sana, tomar hasta 400 mg de cafeína al día (3 o 4 tazas) no representa ningún problema. Por lo tanto, tómalo con moderación para aprovechar todos sus beneficios.