El café no solo es la bebida más consumida en el mundo, sino una de las más estudiadas. Gracias a ello, sabemos que contiene un buen número de polifenoles. Estas sustancias, que cuentan con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, intervienen en la reparación del ADN, son un escudo contra las enfermedades hepáticas y regulan el metabolismo de la glucosa y de la insulina.
Por otra parte, el principal componente del café, la cafeína, tiene efectos directos sobre el sistema nervioso central. Como es un estimulante natural, contribuye a aumentar el estado de alerta y favorece la concentración y la memoria, a la vez que reduce la sensación de fatiga y el cansancio.
Pero, ¿y qué hay del corazón? Lo cierto es que el café es una de las bebidas que más controversia ha causado con respecto a sus efectos sobre el sistema cardiovascular. Si bien es cierto que, en algunos casos, puede producir arritmias por su tendencia a aumentar la presión arterial, en los últimos años diversos estudios han puesto de manifiesto los beneficios que el café aporta a la salud coronaria.
Lo que revelan las investigaciones
Según publica la Fundación Española del Corazón en su página web, la investigación llevada a cabo por el National Institute of Health (NIH) de Estados Unidos, echó por tierra la creencia de que el café es perjudicial para el organismo. Es más, descubrieron que contiene propiedades protectoras que disminuyen el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Por ejemplo, vieron que las personas que ingerían no más de cuatro tazas de café al día, reducían en un 14% el riesgo de muerte prematura relacionada con enfermedades cardíacas, respiratorias, cerebrovasculares y diabetes. Otros estudios revelan que en el caso de las dolencias coronarias, ese riesgo desciende en un 5%, mientras que en la diabetes tipo 2 y en la enfermedad de Párkinson, el riesgo disminuye hasta un 30%.
Los científicos creen que estos beneficios del café se deben a los antioxidantes que contiene. De hecho, en la lista de los 50 alimentos con más antioxidantes el café ocupa el sexto lugar. Eso sí, para sacarle el máximo rendimiento a esta bebida, es mejor tomarla con cafeína y sin añadirle azúcar, productos lácteos o alcohol.
Por otro lado, un consumo elevado de café, que supere las seis tazas diarias, puede producir efectos adversos debido a la presencia excesiva de cafeína en el organismo. Esto es especialmente significativo en aquellas personas propensas a padecer dolencias del corazón, que ya las tengan diagnosticadas o que suelan tener la presión arterial alta.
Teniendo siempre en cuenta el consumo moderado, veamos cómo influye el café en dos problemas cardíacos muy comunes: la hipertensión y la insuficiencia cardíaca.
Cómo afecta el café a la hipertensión
La hipertensión es una dolencia relacionada con la presión que la sangre ejerce en las paredes arteriales. Cuanto mayor sea esa fuerza y más se prolongue en el tiempo, más probabilidades habrá de sufrir un problema cardíaco. La falta de ejercicio, la obesidad, la diabetes, el consumo de tabaco y alcohol, el exceso de sal en las comidas y el estrés son factores que pueden originar una aumento de presión.
¿Tiene el café algún efecto sobre la presión arterial? Pues bien, alrededor de unos quince minutos después de tomar una taza de café, la cafeína llega al cerebro y envía mensajes a las glándulas suprarrenales, situadas en los riñones, para que aumenten la producción de cortisol, conocida como la hormona del estrés. Como resultado, se liberan grandes cantidades de esta hormona en el torrente sanguíneo. Esto puede desencadenar una serie de problemas que van desde la ansiedad y la falta de concentración, hasta la dificultad para conciliar el sueño.
Otra de las consecuencias que producen los niveles altos de cortisol son el aumento de la presión arterial y del ritmo cardíaco. Este incremento es ligero y transitorio, ya que la cafeína es expulsada por el organismo al cabo de unas seis horas. Sin embargo, no a todo el mundo le afecta del mismo modo. Todo va a depender del peso, la edad, el estado de salud y la tolerancia a la cafeína de cada individuo.
Para la mayoría de personas, tomar dos o tres tazas diarias de café no supone ningún problema. De hecho, la subida de tensión se da más a menudo en personas que habitualmente no toman cafeína. Por otro lado, algunos estudios han revelado que el consumo frecuente de café no origina hipertensión a largo plazo. Por lo tanto, sí podría suponer un inconveniente para quienes no acostumbran a consumir cafeína o son muy sensibles a ella, o para quienes sufren hipertensión y taquicardias.
De todas formas, ante pacientes hipertensos bien controlados, los cardiólogos no ven motivos para desaconsejar el consumo de café, siempre que no excedan de las tres o cuatro tazas al día, no haya otros problemas de salud subyacentes y tomen la medicación prescrita por el médico.
Cómo afecta el café a la insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca aparece cuando el corazón no bombea suficiente sangre y, como consecuencia, las células no pueden obtener el oxígeno necesario para garantizar el buen funcionamiento del organismo. Por eso, las personas aquejadas por este tipo de dolencia se sienten fatigadas y les cuesta respirar al realizar actividades cotidianas, como caminar o subir escaleras.
Un estudio realizado por la American Heart Association (AHA, Asociación Americana del Corazón) reveló que el efecto protector del café también reduce el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, siempre y cuando no se supere el límite de consumo de cafeína de cuatro tazas diarias, lo que equivale a 400 mg de cafeína. En caso contrario, nos arriesgamos a empeorar los síntomas de la insuficiencia cardíaca y sufrir otros problemas que incidirán directamente sobre la salud del corazón, tales como, aumento de la presión arterial, ritmo cardíaco irregular, ansiedad y nerviosismo, entre otros.
En cuanto al café descafeinado, el mismo estudio apunta a una relación entre su consumo y el aumento de las probabilidades de padecer insuficiencia cardíaca, debido sobre todo a la falta de cafeína.En conclusión, siempre que se tome con moderación, el café tiene efectos positivos para nuestro organismo, incluido el corazón.