Las proteínas, junto a las grasas y los hidratos de carbono, son uno de los macronutrientes básicos para la vida. Sin ellas ningún ser vivo podría vivir.
De los muchos alimentos que contienen proteínas, la espirulina es la que aporta una mayor cantidad, unos 57 g por cada 100 g de producto, más incluso que la carne y la soja.
La espirulina se considera un alimento de tanta importancia que incluso la NASA ha incluido suplementos de esta cianobacteria en la dieta de los astronautas para cubrir gran parte de sus necesidades nutricionales durante las estancias en el espacio.
Pero, ¿para qué sirven las proteínas y cómo nos benefician?
La función de las proteínas
Las proteínas están formadas por cadenas de unidades más pequeñas llamadas aminoácidos. Estos son los encargados de crear y reparar los huesos y los músculos. Pero los aminoácidos tienen otras muchas funciones, desde controlar los niveles de insulina en la sangre, hasta transportar minerales por todo el organismo y hacer el mantenimiento del sistema inmunitario.
Existen 22 aminoácidos de los cuales 9 son esenciales para que nuestro organismo realice con éxito la mayoría de sus funciones. El problema es que estos, a diferencia de los no esenciales, no los producimos de forma natural así que debemos obtenerlos a través de la dieta.
Y ahí es donde entra en juego la espirulina.
Beneficios de la proteína presente en la espirulina
La espirulina es una cianobacteria de color verde azulado de alto valor nutricional ya que es muy rica en vitaminas, minerales, clorofila, oligoelementos, antioxidantes y contiene 8 de los aminoácidos esenciales, un número muy superior al de otros alimentos. De hecho, se la considera una «proteína completa».
La espirulina cuenta con dos características que la hacen deseable desde el punto de vista de los nutricionistas. Por un lado, es muy digestible. Se calcula que podemos digerir alrededor del 85-95% de la espirulina que ingerimos. Y por el otro, dado que no contiene celulosa en sus paredes celulares, los aminoácidos son absorbidos más rápidamente y con mayor facilidad. Todo ello contribuye a que nuestro organismo trabaje de manera más eficiente y se mantenga saludable.
Veamos ahora cómo nos afecta la proteína de esta cianobacteria.
Mayor resistencia física
La espirulina contiene ficocianina, el pigmento que le da su característico color azulado. Diversos estudios la relacionan con el aumento energético en las células, lo que significa que el organismo gana en vitalidad y resistencia a la hora de afrontar cualquier esfuerzo físico.
Aumento de la masa muscular
Una de las principales funciones de las proteínas es la de desarrollar y renovar la musculatura. Esto se consigue gracias a la presencia de los aminoácidos esenciales, que son los encargados de construir y mantener la masa muscular, además de acelerar su recuperación después de realizar ejercicio, reducir la inflamación y reparar los tejidos dañados.
Combate el cansancio y la fatiga
Gracias a la combinación de las proteínas con el resto de nutrientes, la espirulina puede ser de gran ayuda cuando aparecen el cansancio y la fatiga ya que actúa como revitalizante. Por eso es una buena opción tomar espirulina al realizar una actividad física intensa, enfrentarse a un periodo de estrés, como la época de exámenes, o tener que cumplir con una agenda muy apretada.
Mejora la actividad física
Los deportistas y las personas activas que buscan aumentar su resistencia y mejorar la recuperación muscular, tienen en la espirulina una opción natural muy nutritiva para incorporar en su dieta. Por esto y porque es un alimento bajo en calorías, la espirulina se ha convertido en un producto muy demandado como suplemento deportivo.
Ideal para vegetarianos
Al excluir los productos animales de la dieta, las personas vegetarianas pueden presentar una carencia de proteínas, hierro y ácidos grasos omega-3. Al tomar espirulina con regularidad esas necesidades nutricionales quedan bastante bien cubiertas, lo que les ahorra algunos problemas de salud.
Contraindicaciones de la espirulina
A diferencia de los países asiáticos, en la cultura occidental no estamos acostumbrados a ingerir grandes cantidades de algas y, por lo tanto, somos más sensibles al yodo que contienen. A pesar de ser una cianobacteria, la espirulina también contiene yodo, aunque en menor cantidad si la comparamos con otras algas.
Por ese motivo, la espirulina está contraindicada en personas que padezcan hipertiroidismo, mientras que quienes están diagnosticados de hipotiroidismo pueden tomarla en pequeñas dosis.
Tampoco deben ingerirla personas con fenilcetonuria (un trastorno que provoca la acumulación de fenilalanina en el cuerpo) ya que la espirulina contiene fenilalanina; ni quiénes sufren alguna enfermedad autoinmune porque esta cianobacteria puede activar los brotes y empeorar los síntomas.
Otro punto a tener en cuenta es la interacción de la espirulina con otros fármacos, por lo que es recomendable consultar con el médico si se está siguiendo algún tipo de tratamiento farmacológico.
Las algas y las cianobacterias tienen la capacidad de absorber las sustancias del agua y teniendo en cuenta que tanto ríos como mares están contaminados, entre otras cosas, con metales pesados, es de vital importancia asegurarse de que la espirulina que compremos provenga de cultivos 100% ecológicos.
A la hora de tomar espirulina se puede optar por hacerlo en cápsulas o en polvo, pero en ambos casos la dosis recomendada no debe superar los 3 g diarios. También es importante acostumbrar al cuerpo a este nuevo alimento, así que lo mejor es empezar con una dosis menor para ir aumentándola gradualmente y evitar algunos efectos secundarios desagradables, tales como diarrea, náuseas y vómitos.
Como ves, la espirulina contiene proteínas vegetales de alto valor biológico. Introducirla en una alimentación equilibrada y procurar llevar un estilo de vida saludable, puede repercutir en tu organismo de manera muy beneficiosa.