Casi todos nosotros, en alguna ocasión, hemos recurrido a las infusiones para entrar en calor en un día de invierno, aliviar los síntomas de un resfriado o calmar los nervios después de una jornada estresante. Son una alternativa saludable para sustituir los refrescos y las bebidas azucaradas, o el café. También es una buena forma de hidratarte si no te gusta el agua.
Ahora bien, el hecho de ser un producto natural suele transmitir la idea de inocuidad, de que tomarlas siempre es saludable. Y no nos paramos a pensar en que consumirlas en exceso podría no aportar los beneficios que esperamos.
Beneficios de tomar infusiones
Calientes o frías, las infusiones son una manera fácil y natural de prevenir algunos problemas de salud. Para cada trastorno existe una hierba que puede aliviar sus síntomas.
Por eso, cada infusión debe elegirse en función de las circunstancias de cada uno. No serán las mismas en el caso de una mujer embarazada que de una persona hipertensa, por ejemplo.
Lo que sí está claro es que todas ellas contienen múltiples beneficios que contribuyen al buen funcionamiento del organismo. Estos son los principales:
Mejoran la digestión
Infusiones como la manzanilla, el poleo menta, el jengibre o el hinojo nos ayudan a reducir los gases, la hinchazón y las náuseas. También alivian el malestar ocasionado por las digestiones pesadas.
Calman y relajan
La tila y la valeriana, por ejemplo, son hierbas conocidas por producir efectos relajantes y sedantes. Son muy útiles para calmar los nervios en momentos de estrés y para dormir mejor.
Combaten los resfriados
Algunas plantas cuentan con propiedades antitusivas, mucolíticas y expectorantes. Esto las convierte en un eficaz aliado a la hora de aliviar la tos, el dolor de garganta o extraer la mucosidad. Es el caso del tomillo, la equinácea o el eucalipto.
Retrasan el envejecimiento celular
Existen infusiones que son ricas en antioxidantes, especialmente el té y el rooibos. La acción de estos compuestos reduce la inflamación, mantiene en niveles óptimos el colesterol y protege el corazón. Al mismo tiempo, pueden prevenir la aparición de cáncer o de enfermedades neurodegenerativas.
Son diuréticas
Las infusiones de té verde, alcachofa, cola de caballo y diente de león se caracterizan por estimular al riñón para que este produzca más orina. Por eso son las más utilizadas para contrarrestar los problemas de retención de líquidos.
Consecuencias de tomar infusiones cada día
El hecho de que las infusiones se elaboren a partir de plantas no significa que consumirlas esté exento de riesgos. Algunas de ellas pueden interactuar con ciertos medicamentos, como los anticoagulantes o los antidepresivos, potenciando o disminuyendo sus efectos. Otras, en cambio, pueden producir efectos secundarios o empeorar los síntomas de una enfermedad ya existente. Las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado porque algunas plantas estimulan las contracciones del útero y podrían causar abortos.
Sea como sea, si tenemos alguna de estas circunstancias, lo más sabio sería consultar primero con el médico para saber si podemos ingerirlas y en qué cantidades hacerlo.
Las infusiones digestivas, son las que tienen mejor tolerancia y las que presentan menos problemas. Pero si se toman en exceso pueden llegar a provocar la irritación del tracto digestivo.
En cambio, el exceso de las infusiones diuréticas aumentaría tanto la producción de orina que, al final, se eliminarían demasiados nutrientes y minerales que son esenciales para el organismo. La mayoría de infusiones también son ricas en potasio, un mineral que en altas cantidades es fatal cuando se padece algún tipo de enfermedad renal.
En cuanto al abuso de las infusiones relajantes, hay que saber que pueden producir dolor de cabeza, irritabilidad, confusión y una falta de agilidad mental. Se recomienda no tomarlas durante más de dos semanas e intercalar periodos de descanso porque, de lo contrario, pueden resultar tóxicas.
También hay que tener cuidado con la ingesta desmesurada de té, ya que su contenido en teína puede producir insomnio, nerviosismo y taquicardias. De hecho, no es recomendable en personas que tengan problemas cardíacos o hipertensión. Además, el té impide que el organismo absorba de manera eficaz el hierro que ingerimos.
¿Cuántas infusiones al día se pueden tomar?
No hay duda de que las infusiones nos reconfortan y benefician a nuestro organismo. Pero también hemos visto que un consumo excesivo puede ser perjudicial. Si eres amante de estas bebidas, posiblemente te hayas preguntado alguna vez cuántas tazas al día puedes tomar. Vamos a averiguarlo.
Si hablamos de té, debemos tener en cuenta que la cantidad diaria máxima recomendada de cafeína es de 400 mg. Aunque puede ser inferior si somos hipersensibles a esta sustancia. Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, una taza de 100 ml de té negro puede llegar a contener más de 20 mg de cafeína, mientras que la de té verde llega a los 15 mg. Tendríamos que beber unas diez tazas de 200 ml para alcanzar esa cantidad.
El consenso general es no superar las tres tazas diarias y no ingerirlo a partir de las 5 o las 6 de la tarde para que no interfiera en el descanso nocturno.
Con respecto al resto de infusiones, antes de tomarnos una sería bueno considerar las propiedades y las posibles contraindicaciones de cada una. De esta manera nos aseguraremos de escoger la más beneficiosa para nuestra salud o estado de ánimo. Y, como en el caso del té, con tres tazas al día será suficiente para aprovechar todos sus beneficios.
En conclusión, las infusiones son seguras en la medida en que nos limitemos a las dosis recomendadas. Por lo tanto, disfrútalas con moderación porque por mucho que te gusten está claro que no es prudente abusar de ellas.