Cómo mezclar hierbas para elaborar infusiones

¿Te gustan las infusiones? En este artículo te enseñamos cómo mezclar hierbas para crear tus propias bebidas.

Son muchas y variadas las mezclas de hierbas para infusiones que se pueden encontrar en el supermercado. Se venden en prácticas bolsitas listas para infusionar que nos ahorran tiempo cuando necesitamos echar mano de un remedio casero para dormir mejor, aliviar algún problema digestivo o los síntomas el resfriado, por ejemplo. Sin embargo, también puedes preparar tus propias infusiones comprando los ingredientes a granel en una herboristería, recogiéndolos en el campo o cultivando las plantas en casa, ya sea en macetas o en el jardín. De esta manera, no solo obtendrás infusiones personalizadas si no que también serán de mejor calidad.

Ahora bien, para elaborar una buena infusión y con todas las garantías de seguridad, hay que tener en cuenta ciertos aspectos antes de empezar. Te los explicamos a continuación.

Consejos para combinar hierbas y elaborar infusiones

Las infusiones se preparan utilizando hierbas, especias y plantas (o parte de ellas) que se añaden al agua a punto de hervir. Seguidamente se dejan reposar, o «infusionar», entre 5 y 10 minutos. Pueden contener una sola variedad herbal o varias, dependiendo de nuestros gustos o del efecto que pretendamos conseguir. Aunque es preferible no mezclar más de dos o tres plantas distintas.

Sea como sea, a la hora de preparar una infusión casera es aconsejable seguir las siguientes recomendaciones:

1. Cantidades

La cantidad indicada de hierbas por cada taza (unos 200-250 ml de agua) es de una cucharadita de postre si las hierbas son secas, y de tres cucharaditas en el caso de las hierbas frescas, previamente troceadas o machacadas. Esto es válido tanto si se utiliza una sola hierba como para una combinación de ellas.

Hay quien cree que a más cantidad, más beneficios para la salud. Pero nada más lejos de la realidad. Excederse en la dosis podría potenciar los efectos de la planta y producir consecuencias negativas para el organismo, especialmente si se trata de una mujer embarazada, de una persona diabética o que padezca algún tipo de dolencia coronaria.

2. Proporciones

Al combinar hierbas se puede hacer a partes iguales o en distintas proporciones, todo va a depender del uso que queramos darle a la infusión. Cuando queremos disfrutar de un momento de relajación acompañado de una infusión, podemos dejarnos guiar por nuestro paladar en ese momento para elegir la infusión que más nos apetezca. En este caso, no tiene tanta importancia la proporción de cada una de las hierbas: podemos combinar una mezcla al 50% o añadir más cantidad de una que de otra para destacar un determinado sabor.

En cambio, cuando la infusión nos va a servir para tratar alguna molestia o problema de salud, el tipo de planta y la cantidad son importantes. Incluso sería aconsejable consultar primero con un profesional y dejar que prescriba el tratamiento más adecuado a nuestro problema y estado de salud.

3. Las plantas medicinales no son inocuas

Aunque sean un ingrediente natural, algunas plantas pueden provocar reacciones alérgicas, interactuar con algunos medicamentos o estar contraindicadas para ciertas enfermedades y mujeres embarazadas. No utilices nunca plantas desconocidas sin supervisión.

Por otro lado, es conveniente elegir hierbas y plantas que contengan propiedades similares para potenciar sus beneficios, mientras que hay que evitar las que producen efectos opuestos. Por ejemplo, el té rojo y el jengibre forman una buena combinación porque ambos mejoran la digestión y aceleran el metabolismo de las grasas. En cambio, si buscamos descansar por la noche, no mezclaríamos té verde con valeriana, ya que el primero contiene cafeína.

4. Conservación

Cuando tengas preparada tú mezcla de hierbas secas personalizada, puedes introducirla en un frasco hermético. Etiquétalo para recordar los ingredientes y las cantidades que has utilizado y guárdalo en un lugar fresco, alejado de la luz y de la humedad. Además, si vas a utilizar la infusión de forma esporádica, recuerda que con el tiempo perderá sabor y parte de sus propiedades.

5. Equilibrio

En el momento de seleccionar las plantas que formarán parte de la mezcla para la infusión, no elijas dos cuyo sabor y aroma sean muy fuertes, porque sus características no llegarán a apreciarse a plenitud. Para captar mejor la esencia de cada ingrediente es preferible que uno sea más potente que el otro. De esta manera, los aromas y sabores se complementarán en lugar de anularse.

Cómo mezclar las hierbas para crear infusiones

Es evidente que la creatividad y los tipos de plantas y especias que más nos gusten van a influir a la hora de elaborar una infusión. Sin embargo, como comentábamos hace un momento, para disfrutar completamente de ella, debe ser equilibrada. Y para conseguirlo es importante tener en cuenta las características de cada planta, procurando que cada bebida contenga un ingrediente de las siguientes categorías:

Planta principal

Cualquier infusión debe constar de una planta que actúa como base de la bebida y que admita sin problemas la combinación con otros ingredientes. Suelen ser las hierbas con sabores más suaves. Las más comunes son la manzanilla, la ortiga, el diente de león, el rooibos y los diferentes tipos de té.

Planta secundaria

Es aquella que le da carácter a la infusión, siendo su aroma y sabor más fuertes. En este grupo entrarían el tomillo, la valeriana, el boldo, el romero o el tomillo.

Ingredientes destacados

Se trata de aquellos que le dan el toque especial a cada infusión. Pueden ser de varios tipos:

  • Afrutados (frutas frescas o deshidratadas como la manzana, la piña, los frutos rojos, etc.).
  • Florales (lavanda, hibisco, pétalos de rosa…).
  • Refrescantes (menta, piel de limón o naranja, melisa…).
  • Reconstituyentes (canela, jengibre, clavo, cardamomo…).

La mayoría de las hierbas, plantas y especias las tenemos en casa o son fáciles de conseguir. Elige las que más te gustan, déjate llevar por tus sentidos y crea tus propias infusiones.