El consumo de algas marinas está muy extendido en Oriente desde hace milenios. Forman parte indisoluble de su cultura.
En Occidente, en cambio, se han puesto de moda hace relativamente poco tiempo. Se comercializan al natural deshidratadas, en polvo o en pastillas y se las considera «superalimentos» por la gran cantidad de nutrientes que contienen. Sin embargo, no es mucho lo que conocemos de ellas. En este artículo veremos cómo se clasifican y qué aporta cada una individualmente.
Clasificación de las algas marinas
Aunque todas las algas marinas coinciden en ser auténticas bombas nutricionales, pueden presentar formas muy diversas. Por eso, a la hora de clasificarlas es más sencillo hacerlo según su color: pardas, rojas, verdeazuladas y verdes.
En este artículo hablaremos de las algas pertenecientes a los tres primeros grupos por ser las más conocidas y utilizadas. Son las siguientes:
- Algas pardas: alaria, arame, cochayuyo, espagueti de mar, fucus, hiziki, kelp, kombu y wakame.
- Algas rojas: dulse, musgo de Irlanda (o carragaheen) y nori.
- Algas verdeazuladas: chlorella, espirulina y klamath.
Ahora, conozcamos mejor a cada una de ellas:
Alaria
Se trata de una macroalga natural del Atlántico Norte. Entre sus propiedades destacan la hidratante, la nutritiva y la antioxidante. La industria cosmética ha sabido aprovechar bien estas cualidades para fabricar cremas antienvejecimiento y reafirmantes de la piel. Y es que la alaria estimula la producción de colágeno, de elastina y de ácido hialurónico, formando una barrera que protege la piel de las agresiones externas, al mismo tiempo que le da elasticidad.
Por otro lado, la alaria contiene vitaminas A, C y B12, así como yodo, hierro, calcio, magnesio, potasio, sodio y una alta concentración de ácidos grasos omega 3 y omega 6.
Arame
Esta alga tiene propiedades antioxidantes y depurativas, lo que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.
Es una de las más ricas en calcio (30 g de alga seca equivalen a 1 vaso de leche). Esto, unido a su contenido en magnesio, es el motivo por el que algunos facultativos aconsejan tomarla durante la menopausia.
El arame también es una fuente de potasio, un mineral indispensable para mantener en buen estado el corazón.
Por otro lado, su alto contenido en fibra soluble ayuda a reducir los niveles de colesterol a la vez que proporciona una sensación de saciedad, lo que va muy bien cuando se quiere perder esos kilos de más.
Chlorella
La chlorella es una alga rica en antioxidantes, vitaminas A, C y E, aminoácidos y minerales como el hierro, el zinc y el magnesio. Pero su aspecto más destacable está relacionado con los niveles de clorofila. Contiene más que cualquier otra planta conocida, y esto es relevante porque a la clorofila se le atribuyen propiedades limpiadoras y de oxigenación. Por lo tanto, la chlorella podría ayudar a limpiar las toxinas del hígado, el intestino y de la sangre.
Aunque los estudios no son concluyentes, se cree que esta alga regula la presión arterial, previene la anemia, refuerza el sistema inmunitario, tiene efectos anti fatiga, ayuda a perder peso y frena el deterioro cognitivo.
Cochayuyo
El cochayuyo es una alga originaria de Chile y se caracteriza por su propiedad desintoxicante. La presencia del aminoácido cisteína la convierte en un alimento hepatoprotector.
Dulse
El dulse es quizás el alga más sencilla de preparar cuando está deshidratada, ya que con solo cinco minutos de remojo tiene suficiente.
Posee cantidades importantes de hierro, lo que la convierte en una buena opción para combatir la anemia. Pero también es rica en potasio, yodo, fósforo, magnesio y vitaminas A y del complejo B.
Espagueti de mar
La forma de esta alga, alargada y estrecha, recuerda a los espaguetis, de ahí su nombre.
El espagueti de mar es una fuente de calcio: tan solo 30 g de alga seca contienen el equivalente a un vaso de leche. Sin embargo, la cantidad de alga que se debe consumir es tan pequeña que debe complementarse con la ingesta de otros alimentos ricos en calcio para cubrir las necesidades diarias.
Es una alga que suele servir para controlar el colesterol, la hipertensión y prevenir el estreñimiento.
Espirulina
Esta alga está considerada como uno de los alimentos más completos del mundo, hasta el punto de que la NASA la incluye en la dieta de sus astronautas. De hecho, la espirulina es una microalga que podría pasar perfectamente por un complemento multivitamínico.
Es rica en vitaminas y minerales, entre los que destacan la vitamina E y algunas del complejo B, el hierro, el calcio, el potasio, el zinc y el selenio. Además, el 70% de su composición lo forman proteínas vegetales.
Por otro lado, aporta aminoácidos, tanto esenciales como no esenciales, y antioxidantes como los polifenoles y el betacaroteno.
Toda esta gama de nutrientes es beneficiosa para la salud cardiovascular, ya que controlan los niveles de colesterol y disminuyen la tensión arterial.
Se trata de una alga muy valorada por los deportistas para mejorar el rendimiento y disminuir la fatiga muscular, pero también para reducir la inflamación y combatir el estrés oxidativo.
Además de todo esto, las investigaciones le atribuyen propiedades antialérgicas, antivirales, inmunológicas y antitumorales.
Fucus
Los principales componentes del fucus son las proteínas, la fibra, los mucílagos, la vitamina C y minerales, concretamente el yodo, el sodio, el calcio y el cromo. Todos estos nutrientes aportan beneficios importantes a nuestro organismo. Por ejemplo, al evitar el estreñimiento, la retención de líquidos y por su efecto saciante, la fibra ayuda a perder peso. También reduce la celulitis porque el fucus acelera el metabolismo. Y como el resto de algas, sus poderes antioxidantes e hidratantes frenan el envejecimiento prematuro de la piel y le proporcionan elasticidad.
Es un alga con propiedades antiinflamatorias y analgésicas, por lo que es muy útil para aliviar los dolores de las articulaciones.
Hiziki
Esta alga originaria de Japón es popular por sus beneficios para la microbiota intestinal. De hecho, allí se la conoce como el «alga de la longevidad» porque es un alimento depurativo, que previene la anemia, acelera el metabolismo y refuerza huesos, uñas y cabello.
No obstante, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), aconseja no consumirlas debido a su elevado contenido en arsénico.
Kelp
Esta macroalga es rica en fibra, polifenoles, vitaminas C y E y minerales (hierro, magnesio, calcio y yodo).
Destaca por ser un potente antioxidante, pero también cuenta con propiedades depurativas, anticoagulantes, antibacterianas e inmunológicas.
El kelp puede contribuir a la pérdida de peso debido a su fibra, ya que sacia y reduce la absorción de grasas en el intestino. Al mismo tiempo, favorece la digestión, evita el estreñimiento y dificulta la retención de líquidos. También previene enfermedades como la anemia y la osteoporosis, además de frenar el envejecimiento de la piel.
El alga kelp se vende en pastillas, en polvo (utilizado para sustituir la sal en las comidas) y desecada.
Klamath
Este tipo de microalgas (también conocidas como algas AFA) es una fuente natural de ácidos grasos omega 3, aminoácidos, antioxidantes y vitaminas del complejo B.
Debido a la presencia de fenetilamina, una molécula que influye en los estados de ánimo, las algas klamath son útiles para aliviar los síntomas de la ansiedad y la depresión.
Los omega 3, por su parte, contribuyen a mejorar funciones cognitivas como la memoria y la concentración, pero también la salud cardiovascular, el sistema nervioso y el funcionamiento de las hormonas.
Estos grupos de nutrientes y oligoelementos le confieren propiedades antiinflamatorias, ayudan a mantener los niveles de colesterol y de glucosa en sangre equilibrados y estimulan el sistema inmunológico.
Kombu
El kombu es una alga de textura fibrosa, así que para que no resulte indigesta debe estar muy bien cocinada. De hecho, se suele añadir a la cocción de las legumbres para facilitar la digestión de estas. También se usa en polvo como condimento.
En cuanto a sus propiedades nutricionales, el kombu es una fuente de fibra y antioxidantes, así como de proteínas y minerales. Por lo tanto, actúa como antibacteriano, ayuda a adelgazar, protege el sistema cardiovascular, fortalece el sistema inmune y estimula el metabolismo.
También contiene ácido algínico, conocido por eliminar las toxinas del organismo y reforzar la flora intestinal.
Musgo de Irlanda
El musgo de Irlanda, también conocido como carrageen, cuenta con propiedades laxantes gracias a la gran cantidad de mucílagos que posee. De hecho, es la base del carragenato, un aditivo utilizado en la industria alimentaria como espesante.
Se trata de un alga gelatinosa rica en minerales, vitaminas y fibra. Por ello, también tiene propiedades hidratantes y regeneradoras, lo que resulta muy beneficioso para aliviar las quemaduras solares, así como para reafirmar y rejuvenecer la piel.
Nori
Se trata de una de las algas más conocidas por ser uno de los ingredientes necesarios para preparar el sushi y otros platos de estilo asiático, como las famosas onigiri o bolas rellenas de arroz.
Es el alga que posee más concentración de vitamina B12, aunque sigue siendo mínima por lo que las personas veganas necesitan un suplemento de esta vitamina para suplir su carencia.
Los estudios realizados apuntan a que el nori podría resultar beneficioso para prevenir enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la diabetes. Al mismo tiempo, su contenido en vitamina C puede facilitar la absorción del hierro, aumentar la producción de colágeno (necesario para regenerar la piel y los cartílagos), frenar la acción de los radicales libres, proteger al organismo de las infecciones y ayudar a superar estados de fatiga.
Wakame
El wakame es una de las algas más versátiles en cuanto a preparaciones culinarias se refiere. La puedes encontrar en sopas, ensaladas o como complemento en platos de verduras, carnes y pescados.
A nivel nutricional, destaca por ser rica en fibra y minerales como el calcio, el magnesio, el yodo y el fósforo.
Debido a la fibra, se recomienda comer wakame en pequeñas cantidades, ya que en el aparato digestivo se expande provocando sensación de saciedad. Aun así, es una alga muy digestiva.
Como puedes ver, la variedad de algas marinas aptas para la salud es amplia, y sus beneficios también. Ahora que las conoces mejor, solo es cuestión de darles una oportunidad.