La depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sufren casi 300 millones de personas.
Aunque es un trastorno que debe ser tratado con medicamentos y psicoterapia, los cambios en la dieta y el estilo de vida pueden acelerar la recuperación y prevenir recaídas, ya que contribuyen a mejorar el estado de ánimo del paciente.
Uno de los complementos que aporta más beneficios son las infusiones gracias, sobre todo, a los principios activos que contienen ciertas plantas medicinales. En ningún caso pueden sustituir el tratamiento médico, pero se sabe que algunas de ellas son capaces de producir efectos relajantes en el organismo y ayudar a conciliar el sueño.
¿Depresión o bajón emocional?
Cualquiera de nosotros, en algún momento de nuestra vida, hemos sufrido una bajada de ánimo, o decimos que estamos «depres». Te levantas por la mañana y te sientes cansado, triste, incluso desesperanzado y sin ganas de hacer absolutamente nada. Estas sensaciones suelen aparecer debido a una causa concreta: pasar por un duelo, una ruptura de pareja, la pérdida del empleo, una enfermedad, etc. Y disminuyen cuando la situación mejora o aprendemos a afrontarla.
El bajón emocional no deja de ser una reacción normal ante sentimientos de pena, rabia, preocupación o frustración. Durante días o semanas puede frenar nuestro ritmo de vida, pero no nos impide continuar con él.
Sin embargo, cuando el sentirse «depre» se prolonga mucho en el tiempo, se intensifica, no responde a una causa justificada y es incapacitante, podríamos estar hablando de depresión. Además de la tristeza, el cansancio y la apatía, la acompañan síntomas como la anhedonia y la abulia, es decir, que la persona no disfruta con nada ni tiene voluntad para hacer algo como, simplemente, moverse.
La depresión también se caracteriza por la presencia de otras emociones y actitudes que interfieren en todos los aspectos de su vida y hacen que la convivencia con esa persona sea difícil. Algunas son el miedo, el malhumor, la irritabilidad, la falta de concentración, llorar sin motivo, la pérdida del apetito, las dificultades para dormir o el aislamiento, entre otras.
Cuando esto pasa, y si no se ha hecho antes, es necesario acudir al médico. Este prescribirá antidepresivos, unos fármacos que promueven la producción de serotonina, el neurotransmisor que interviene en los estados de ánimo y en el sueño, y cuyos niveles suelen ser inferiores en personas depresivas.
La medicación puede provocar efectos secundarios durante un tiempo o de forma permanente, por eso algunas personas buscan alternativas naturales que los contrarresten y complementen el tratamiento farmacológico. Existen algunas plantas (de las que hablaremos a continuación) y suplementos que regulan la serotonina y mejoran el estado de ánimo. Algunos de esos suplementos son el triptófano, el aminoácido SAM-e, las vitaminas B1, B6 y B12, la melatonina, los ácidos grasos omega-3 y minerales como el magnesio y el zinc.
Infusiones que ayudan a mejorar los síntomas de la depresión
Cambiar algunos hábitos en el día a día, como salir a pasear, practicar algún deporte o cuidar la alimentación, pueden ser remedios saludables a la hora de tratar los síntomas de una depresión en las primeras fases. Pero también son un buen complemento las infusiones.
Veamos ahora algunas de las plantas que resultan más efectivas para mejorar los estados de ánimo.
Amapola
El principio activo de la amapola son los alcaloides, unos compuestos que ayudan a calmar la inquietud y la ansiedad, así como combatir el insomnio gracias a sus efectos relajantes.
Angélica
Por sus propiedades sedantes, es eficaz para aliviar la ansiedad y mejorar la calidad del sueño. Pero también ayuda a recuperar la falta de apetito, una característica muy habitual en los cuadros depresivos.
Hay que tener cuidado de no poner la angélica en contacto con la piel, ya que puede producir dermatitis y fotosensibilización.
Azafrán
La persona con depresión suele presentar niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés. La infusión de azafrán puede hacerla disminuir, al mismo tiempo que promueve la producción de serotonina.
Por otro lado, es una planta con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, que son de gran ayuda a la hora de mejorar el estado de ánimo.
Ginseng
Se trata de un excitante natural que actúa en el cerebro disminuyendo la inquietud y los estados depresivos provocados por el estrés y la ansiedad. Además, favorece la aparición del apetito y renueva las energías. Sin embargo, si no se controla bien la dosis recomendada, puede producir el efecto contrario: aumentar el nerviosismo y la tensión arterial.
Hipérico
También conocida como Hierba de San Juan, es una de las más utilizadas para tratar la depresión leve y moderada. Actúa principalmente sobre la producción de serotonina, mejorando la sensación de bienestar.
El hipérico no debe tomarse junto con medicamentos antidepresivos, ya que puede reducir su efectividad o empeorar los síntomas de la depresión.
Rhodiola
Es una planta recomendada para tratar los síntomas de la fatiga, la debilidad y la astenia. Actúa disminuyendo la hiperactividad y promoviendo la producción de neurotransmisores.
No se recomienda seguir tomando esta infusión si el cuadro depresivo se prolonga durante más de dos semanas.
Té verde
El té verde contiene un aminoácido llamado L-teanina que es el responsable de los efectos calmantes de esta bebida. Al mismo tiempo, frena los efectos de la cafeína, reduce el insomnio y mejora la concentración.
Valeriana
De propiedades sedantes, la valeriana se utiliza desde hace mucho tiempo para combatir el insomnio y la ansiedad.
La infusión debe prepararse con la raíz de la planta, que es donde se encuentran gran parte de sus efectos beneficiosos.
A pesar de ser productos naturales, las plantas pueden causar efectos secundarios en algunas personas o interactuar con algunos medicamentos. Por eso, antes de tomar alguna infusión, lo prudente sería consultar con el médico.
También hay que tener en cuenta que las dosis recomendadas, en general, no deben superar las dos o tres tazas diarias. Y tampoco hay que esperar a que hagan efecto de forma inmediata. Normalmente, al igual que los antidepresivos químicos, se tarda de tres a cuatro semanas en notar una mejoría.
