Para que nuestro cuerpo esté sano, el hígado debe funcionar correctamente. Este órgano es como un filtro que mantiene limpio el organismo debido a su función principal: filtrar, eliminar e impedir la absorción de toxinas. Sin embargo, un estilo de vida marcado por el estrés y el sedentarismo, una mala alimentación, la ingesta de medicamentos, la adicción a sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas, o ciertas enfermedades, pueden alterar su funcionamiento.
Evidentemente, modificar nuestros hábitos nos pone en el buen camino para mantener el hígado sano. Pero también podemos valernos de una ayuda extra: los tés y las infusiones.
Cuando el hígado enferma
Además de desintoxicarnos, el hígado lleva a cabo más de 500 funciones esenciales, de ahí la importancia de mantenerlo limpio. Destacamos algunas de ellas:
- Segrega bilis que descompone las grasas, los carbohidratos y las proteínas para facilitar la digestión y la asimilación de estos nutrientes.
- Almacena vitaminas y energía en forma de glucógeno que libera cuando el cuerpo lo necesita.
- Regula la coagulación de la sangre.
- Produce proteínas que ayudan a transportar las grasas por el organismo.
Nuestro estilo de vida influye directamente en la salud del hígado y especialmente lo que ingerimos. Un exceso de grasas, de alcohol, de medicamentos o un bajo consumo de fibra vegetal obligan al hígado a realizar un sobreesfuerzo. Si no es capaz de eliminar todo aquello que nos perjudica, las toxinas acabarán acumulándose en este órgano y, con el tiempo, se pueden ver afectadas diferentes partes del organismo. Cuando el hígado no trabaja bien, nos falta energía, el metabolismo se vuelve más lento, tenemos trastornos digestivos, nuestras defensas disminuyen e incluso parecemos cambios de humor.
Dos de los problemas hepáticos más comunes son el hígado graso (esteatosis) y el hígado inflamado (hepatomegalia).
Hígado graso: Ocurre cuando hay una acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Los factores de riesgo son el exceso de alcohol, una dieta grasa, obesidad, niveles altos de colesterol, la diabetes tipo 2, tener la presión arterial alta o ingerir corticoides, entre otros. Si no se trata de forma adecuada, puede degenerar en cirrosis o cáncer hepático.
Hígado inflamado: Es la consecuencia de otros problemas de salud subyacentes. La acumulación de toxinas, las infecciones, los tumores, una hepatitis, el síndrome metabólico, enfermedades autoinmunes o cardíacas pueden dar lugar a un agrandamiento hepático.
Antes de que aparezcan afecciones serias, podemos cuidar de nuestro hígado realizando ejercicio con regularidad, reduciendo las grasas y los alimentos procesados de la dieta, a la vez que incorporamos otros más saludables que ayuden a depurar el hígado, como es el caso de las infusiones.
Las mejores infusiones para la salud del hígado
La naturaleza pone a nuestra disposición ciertas plantas, de propiedades depurativas y regenerativas, con las que preparar infusiones que ayuden al hígado a trabajar de manera más eficaz. Una característica de todas ellas es su sabor amargo. Aunque no es aceptable para todos los paladares, es importante para el hígado porque las sustancias amargas estimulan la producción de bilis. Esto se traduce en mejores digestiones, un mejor metabolismo de las grasas y un equilibrio en los niveles de azúcar en sangre.
Veamos ahora los beneficios que aportan al hígado algunas infusiones y tés:
Alcachofa
La alcachofa es bien conocida por sus propiedades diuréticas y depurativas. Contiene cinarina, un compuesto que estimula la creación de bilis en el hígado. Por lo tanto, se trata de una infusión que ayuda a mantener limpio este órgano, ya que facilita la eliminación de toxinas, una correcta absorción de las grasas y unos niveles óptimos de colesterol en sangre.
La dosis recomendada es de una infusión por las mañanas durante 5 días y luego una cada 15 días cómo prevención. Si existe alguna disfunción hepática, es preferible tomar 3 tazas al día.
Angélica
Gracias a sus propiedades depurativas, antiinflamatorias y antiespasmódicas, la infusión de angélica es de gran ayuda para evitar digestiones pesadas y no sobrecargar el hígado.
Boldo
La gran cantidad de antioxidantes que posee convierten al boldo en una planta hepatoprotectora. Además, al estimular la secreción de bilis es muy útil para eliminar las grasas acumuladas en el hígado. Se recomienda tomar 2 tazas diarias durante 5 días. Sin embargo, quiénes padecen problemas renales o diarreas, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y las personas que toman anticoagulantes, deberían abstenerse de tomar esta infusión.
Cardo mariano
El cardo mariano es una planta excelente para proteger el hígado y tratar los síntomas de algunas enfermedades hepáticas. No solo mejora la digestión de las grasas y ayuda a eliminar toxinas, sino que su contenido en antioxidantes disminuye la inflamación de este órgano y acelera la recuperación de pacientes con hígado graso, ictericia o insuficiencia hepatobiliar. Al mismo tiempo, tiene capacidad para regenerar el tejido en casos de hepatitis leves.
Para aprovechar los beneficios de la infusión de cardo mariano, se aconseja tomar una taza por la mañana durante 5 días.
Diente de león
La infusión de diente de león tiene propiedades diuréticas y depurativas, por lo que es excelente para ayudar al hígado a eliminar toxinas. También favorece la eliminación de grasas y regula los niveles de colesterol, por lo que beneficia tanto a la salud hepática como a la cardíaca.
Una taza diaria durante 10 días será suficiente para notar sus efectos. Aunque no es recomendable tomarla si aparecen úlceras o cálculos en la vesícula. Tampoco si estás tomando litio u otros diuréticos.
Salvia
Además de favorecer la digestión, la infusión de salvia es ideal para eliminar toxinas, líquidos y regular los niveles de glucosa en la sangre.
Para realizar una depuración del hígado bastará tomar 2 tazas diarias durante 5 días. Aunque está contraindicada en personas epilépticas o con problemas renales, y mujeres embarazadas.
Té verde
El alto contenido de antioxidantes del té verde contribuye a prevenir la inflamación del hígado. Una sola taza al día ya es buena para eliminar las toxinas acumuladas y mantener limpio este importante órgano.
Recuerda que si estás bajo cualquier tratamiento farmacológico sería recomendable que antes de tomar cualquier infusión consultaras primero con tu médico. Y aunque no hubiera impedimentos, nunca las tomes de forma prolongada porque pueden producir efectos secundarios. Lo más adecuado es consumirlas durante unos 5 días y luego utilizarlas en casos puntuales. De hecho, realizar dos o tres limpiezas de hígado al año mejorará de forma notable la salud de todo tu organismo.