Mejora tus problemas digestivos con semillas

Algunas semillas mejoran el funcionamiento del sistema digestivo. Te mostramos cuáles son y cómo lo hacen.

La vida tan ajetreada que llevamos nos causa estrés, nos empuja hacia el sedentarismo y es origen de muchos desequilibrios alimentarios. Con el tiempo, estos malos hábitos perjudican nuestra salud, tanto mental como física, y causan multitud de trastornos digestivos. Entre los más comunes se encuentran las digestiones pesadas, la acidez, el reflujo y el estreñimiento.

Para paliar los síntomas de estas dolencias se recomienda adoptar hábitos saludables, entre los que se incluyen la dieta. Son muchos los alimentos que pueden ayudar a aliviar el malestar, pero en este artículo nos centraremos en las semillas comestibles.

Semillas beneficiosas para el sistema digestivo

La mayoría de trastornos digestivos tienen su origen en la flora intestinal, o microbiota. Esta está formada por millones de bacterias que ayudan a digerir los alimentos y contribuyen a que el sistema inmunitario funcione bien. Lo constituyen un 85% del total de bacterias, mientras que el 15% restante pertenece a las llamadas “bacterias putrefactas”. Estas no son dañinas, a menos que proliferen en exceso, lo que ocurre cuando en nuestra dieta abundan el azúcar, las carnes y los alimentos ultraprocesados. Por lo tanto, un factor clave para que la flora intestinal mantenga su equilibrio es una dieta sana.

Alimentos como las semillas son muy útiles tanto para regenerar la microbiota como para paliar otros trastornos digestivos. Veamos algunas de las más comunes:

Comino

Esta especia no es más que la semilla seca de una planta que pertenece a la misma familia que el perejil. Se trata de uno de los mejores remedios caseros para mejorar ciertos problemas digestivos, concretamente los gases y la indigestión. De hecho, el comino estimula la producción de enzimas digestivas en el páncreas, facilitando la digestión a nivel intestinal, así como la absorción de grasas. Como resultado, los alimentos se digieren en menos tiempo, de forma más eficiente y disminuye la aparición de gases.

El comino se puede utilizar en polvo o entero, como condimento de todo tipo de platos y para elaborar infusiones.

Hinojo

Al igual que el comino, las semillas de hinojo tienen propiedades carminativas y antiinflamatorias, es decir, reducen los gases y mejoran la digestión. Además, son una fuente natural de fibra y anetol, el principio activo responsable de sus propiedades.

Las semillas de hinojo se suelen utilizar al cocinar legumbres con el objetivo de conseguir que estas sean menos indigestas, aunque también es un buen condimento en platos de carne y pescado. Por lo tanto, son muy útiles para combatir las flatulencias, la diarrea, los dolores abdominales y el reflujo, ya que ayudan a disminuir la segregación de ácido en el estómago.

Sin embargo, la forma más común de consumir estas semillas para paliar trastornos digestivos es en infusión.

Lino

La fibra que contienen estas semillas es muy útil para limpiar el intestino, combatir el estreñimiento y el dolor abdominal. Al ponerlas en remojo con líquido, las semillas se hinchan y forman un compuesto gelatinoso muy beneficioso que actúa ablandando y aumentando el tamaño de las heces. De este modo, es más fácil expulsarlas.

La mejor manera de consumirlas es triturándolas para que sean más digeribles. Después se pueden agregar dos cucharadas en agua u otra bebida, incluso en yogur, salsas y masas de panes, galletas y bizcochos.

Si las tomamos enteras, al pasar por el intestino no se digerirán porque nuestro cuerpo carece de las enzimas necesarias para hacerlo, así que no se aprovechan todas sus propiedades.

Otra opción es tomar aceite de linaza, en cuyo caso bastaría con una cucharadita diaria.

Chía

Esta semilla es ideal para regenerar la flora intestinal porque, al igual que el lino, no sólo contiene una gran cantidad de fibras solubles, sino también de ácidos grasos omega-3, antioxidantes, proteínas, vitaminas y minerales.

De igual manera, la chía se hincha en el intestino, arrastrando toxinas y facilitando la digestión. Gracias a estas propiedades, es capaz de aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable.

Su uso y preparación es idéntico al de las semillas de lino.

Efectos secundarios y contraindicaciones de las semillas

Los efectos secundarios que pueden provocar las semillas están relacionados con un exceso en su consumo. Si se sobrepasa la dosis recomendada (máximo 25 g diarios) pueden aparecer los síntomas que intentamos aliviar: gases, hinchazón, dolor abdominal, diarrea, estreñimiento y cálculos renales (en el caso de la chía).

En casos específicos, las semillas pueden estar contraindicadas:

  • Las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia deberían tomar semillas de comino y lino con precaución, así como evitar el hinojo porque puede ser abortivo.
  • No se aconseja tomar comino menos de dos semanas antes de someterse a una operación, ya que su contenido en vitamina K puede favorecer el sangrado y dar lugar a hemorragias.
  • Deben consultar al médico antes de tomar comino, chía o lino, aquellas personas que toman medicamentos para la diabetes y la hipertensión, anticoagulantes, anticonvulsivos y antibióticos porque pueden interactuar con ellos.
  • Quienes ya padecen obstrucción intestinal, la enfermedad de Crohn o son hipotensos deberían abstenerse de consumir semillas.

Un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio puede ser la clave para reducir la mayoría de trastornos digestivos. Aun así, cuando estos se presentan nunca está de más que echar mano del poder de las semillas.