Algas marinas: una fuente de proteína de alta calidad

¿Sabías que las algas marinas son una fuente natural de proteínas? Sigue leyendo para descubrir cómo mejoran tu salud.

No cabe duda de que las algas marinas poseen un enorme valor nutricional. De las miles de especies que existen, sólo unas pocas son aptas para el consumo humano. Pero todas ellas coinciden en ser un alimento muy completo, ya que son bajas en calorías y grasas, y ricas en vitaminas, minerales, fibra, ácidos poliinsaturados, antioxidantes y proteínas.

Las algas marinas se pueden consumir de diversas maneras: crudas, deshidratadas, en pastillas o en polvo. Pero es este último formato lo que las convierte en un producto realmente interesante porque durante su transformación todos los nutrientes se concentran, incluidas las proteínas.

Veamos más de cerca cuáles son los beneficios y las contraindicaciones de este compuesto.

Beneficios de las proteínas de algas marinas

Las proteínas son macronutrientes, formados por cadenas de aminoácidos, sin los que la vida sería imposible. Nuestro cuerpo está en constante regeneración y en todo ese proceso intervienen las proteínas:

  • Proporcionan energía.
  • Producen y reparan tejidos, órganos, huesos y músculos.
  • Forman parte de la estructura del ADN.
  • Son necesarias en las funciones de las células.
  • Crean anticuerpos y todo tipo de hormonas.
  • Ayudan a facilitar la digestión y asimilar los nutrientes.
  • Regulan el pH del organismo.
  • Controlan los niveles de azúcar en la sangre.

Y estas son solo algunas de sus funciones. Por eso es importante asegurar un buen aporte de proteínas mediante la dieta.

En ese sentido, las algas marinas son una opción ideal porque aportan proteínas de alto valor biológico, a diferencia de las que podemos obtener de las verduras terrestres. Y sobre todo si se consumen desecadas y en polvo porque la concentración de proteína aumenta considerablemente. Por ejemplo, 100 g de alga wakame cruda contienen 3 g de proteína, mientras que desecada la cantidad asciende a 12 g. Lo mismo ocurre con el nori, que pasa de 6 g a 30 g por cada 100 g de producto. O la espirulina, donde los 6 g en crudo se multiplican por 10.

Hoy en día podemos encontrar en tiendas especializadas y de dietética suplementos de proteína procedente de algas marinas. Estos conservan las propiedades saludables de las algas, siendo ricos en vitaminas, minerales y aminoácidos. De estos, están presentes tanto los no esenciales (como la glicina, la alanina, la arginina, el ácido glutámico y la cistina) como los esenciales, entre los que destaca la lisina.

Las algas rojas, a su vez, contienen taurina. Este aminoácido no esencial es muy importante porque interviene en los procesos fisiológicos relacionados con el sistema nervioso y el inmunitario, así como en el desarrollo ocular y en la protección de las membranas celulares. Son pocos los alimentos que contienen taurina así que comer algas rojas, como el nori, puede aportarnos cierta cantidad de dicho aminoácido.

Por otro lado, en las algas pardas está presente la fosfoserina, que estimula las funciones cerebrales, mejora la memoria y el aprendizaje, y frena el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.

Ahora bien, el hecho de que las proteínas contenidas en las algas sean de alta calidad tiene ciertas ventajas para nuestra salud:

Son más digeribles

Las algas marinas son por naturaleza alimentos de fácil digestión y, en comparación con otros tipos de proteína, no suelen causar molestias a nivel del aparato digestivo. Además, el organismo asimila sus nutrientes sin problemas.

Actúan como antioxidante

Las algas marinas contienen un tipo de proteínas llamadas ficobiliproteínas. Estas actúan como antioxidantes, lo que podría resultar beneficioso para combatir los radicales libres y prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo.

Son antiinflamatorias

Otro grupo de proteínas presentes en las algas, las lectinas, tienen funciones antivirales, antibacterianas y antiinflamatorias.

Ayudan a aumentar la masa muscular

Los suplementos de proteína están pensados para incrementar la masa y la fuerza muscular. Esto resulta muy útil para los atletas que se someten a continuas sesiones de entrenamiento o participan en competiciones deportivas.

Contraindicaciones de las proteínas de algas marinas

Cuando el aporte de proteínas proviene de la dieta habitual, no tiene por qué surgir ningún tipo de complicación porque difícilmente ingerimos un exceso de este nutriente. A no ser que tengamos algún problema de salud relacionado con las proteínas. Por ejemplo, algunas personas padecen una enfermedad llamada fenilcetonuria, una afección que impide al organismo descomponer el aminoácido fenilalanina, que acaba acumulándose en el organismo. Como resultado, pueden sufrir daño cerebral y convulsiones. Las algas marinas contienen fenilalanina, por lo que este tipo de pacientes deberían evitar su consumo.

El mayor problema con las proteínas tiene que ver con el consumo de suplementos. Si no controlamos bien la cantidad que tomamos, llegará el momento en que sobrecarguemos los riñones y aparezcan problemas renales, sobre todo si no hay una buena hidratación que facilite el trabajo de estos órganos. A nivel gastrointestinal pueden aparecer diarrea, flatulencias y dolor abdominal.

A esto hay que añadir la cantidad de yodo y metales pesados que pueden tener las algas marinas, unas sustancias que en exceso son potencialmente peligrosas para la salud.

Cómo tomar proteínas en polvo de algas marinas

Para aprovechar los beneficios que la proteína de las algas marinas aportan, puedes ir más allá del conocido sushi e incorporarlas, deshidratadas o secas, a tus platos de ensaladas, sopas, pescados y carnes.

No obstante, si eres deportista o te resulta desagradable comer algas porque no te gusta su textura y/o sabor, puedes decidirte por tomarlas en polvo, añadidas a las comidas y bebidas o como suplemento alimenticio.

En este caso, te librarás de la textura, aunque no del sabor amargo y salado. Para enmascararlo, pon una cucharada en cualquier líquido: licuados, batidos, zumos, sopas, etc.

La dosis recomendada es de 1 g un par de veces al día, una de ellas preferiblemente por la mañana. De todos modos, siempre es mejor consultar primero con el médico para que ajuste la cantidad de proteína a tus requerimientos nutricionales.

Resumiendo, las algas marinas poseen una gran cantidad de proteínas de gran valor nutricional que, tomadas con moderación, pueden ayudarnos a mantener un cuerpo más saludable.