Algas marinas: propiedades, beneficios y contraindicaciones

Si estás pensando en comer algas marinas pero no las conoces demasiado, lee el artículo para descubrir sus propiedades y beneficios.

Cada vez es más frecuente oír hablar de «superalimentos», es decir, aquellos que, en pequeñas cantidades, nos proporcionan todos los nutrientes esenciales que necesitamos. Y es que, a través de la dieta, muchas personas buscan perder peso, pero también sentirse mejor y con más energía.

Este es uno de los motivos por los que algas marinas, como el nori o el wakame, se han hecho tan populares en los últimos años. Son un alimento bajo en calorías y rico en una gran variedad de nutrientes.

Por eso, en este artículo vamos a adentrarnos en el mundo de las algas marinas para conocer mejor sus propiedades, saber cómo nos benefician y qué contraindicaciones pueden tener.

Propiedades de las algas marinas

Las algas marinas destacan por la gran cantidad de nutrientes que contienen, que en la mayoría de los casos superan al de las plantas terrestres:

  • Son ricas en minerales (hierro, yodo, sodio, magnesio, potasio, fósforo, calcio), vitaminas (A, C, D, E, B1, B2) y fibra. Además, tienen cantidades nada despreciables de proteína vegetal, carbohidratos complejos y ácidos grasos omega 3.
  • De los minerales, hay tres que sobresalen por encima del resto: el calcio, porque las algas contienen hasta 10 veces más que la leche; el yodo, escaso en otros alimentos y muy necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroides; y el hierro, muy superior a las cantidades que podemos encontrar en la carne, las espinacas o las legumbres.
  • Son saciantes porque poseen fenilalanina, un aminoácido que reduce el apetito y acelera el metabolismo, y porque su fibra aumenta de volumen al entrar en contacto con el agua de nuestro cuerpo.
  • Son hipocalóricas. Esto, añadido al efecto saciante, las convierte en un alimento ideal para incluir en una dieta de adelgazamiento.
  • Tienen la capacidad para desintoxicar el organismo de metales pesados y toxinas gracias a la ayuda del ácido algínico.
  • Cuentan con propiedades inmunitarias, antiinflamatorias, antivíricas y, según algunas investigaciones, anticancerígenas.

¿Cómo nos benefician las algas marinas?

Aunque parece que el mundo ha descubierto las algas marinas recientemente, lo cierto es que ya era un alimento muy consumido en la antigüedad. Incluso las utilizaban con fines curativos.

Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos, podemos conocer en profundidad los efectos que tiene un determinado alimento en nuestro organismo. Y las algas no se han quedado atrás, ya que existen muchos estudios al respecto.

Veamos qué beneficios nos aportan las algas marinas:

Favorecen el tránsito intestinal

La fibra de las algas marinas previene el estreñimiento, mejora la flora intestinal y alivia el dolor provocado por las hemorroides. Además, si se toman acompañadas de alimentos fritos, las algas facilitan la digestión de las grasas.

Cubren las necesidades diarias de hierro

Las algas marinas son una fuente natural de hierro llegando a proporcionar unos 3 mg por cada 100 gramos de el caso de las frescas, y casi 30 mg si hablamos de algas deshidratadas.

Son aptas para diabéticos

Al ser ricas en fibra y antioxidantes, las algas ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre.

Disminuyen el colesterol

Las algas son ricas en ácidos grasos omega 3 que, junto a la fibra, favorecen la eliminación del colesterol «malo», o LDL, y evitan que se acumule en el torrente sanguíneo.

Pueden reducir la presión arterial alta

Algunas investigaciones apuntan a que  gracias a la fibra, los oligoelementos y a que son capaces de reducir el sodio, las algas marinas, y en especial el wakame, podrían ayudar a bajar la presión arterial. Pero hacen falta más estudios al respecto.

Son una alternativa para veganos y vegetarianos

El consumo de algas marinas, como la espirulina, les puede proporcionar los nutrientes que no obtienen de otros alimentos para garantizar un buen estado de salud.

Mejoran la salud ocular

Esto es debido al contenido de vitamina A, que protege la retina y retrasa la aparición de enfermedades oculares. Esta vitamina está muy presente en las algas nori y espirulina.

Mantienen en buen estado la piel y el cabello

Las propiedades antioxidantes de la vitamina A protegen la piel del efecto de los radicales libres. También proporciona brillo y elasticidad al cabello, así como hidratación al cuero cabelludo.

Refuerzan los huesos y dientes

Existen algas, como el hiziki, la espirulina y el wakame, que contienen grandes cantidades de calcio. Muchos especialistas las recomiendan para prevenir la osteoporosis o acelerar la recuperación de un hueso roto.

Contraindicaciones de las algas marinas

Por muy buenas propiedades que tengan las algas marinas para nuestra salud, no están exentas de ciertos problemas, sobre todo si se consumen en exceso. Esto se debe a que suelen contener yodo y arsénico. Incluso la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte de este peligro.

Así es como estos dos compuestos nos afectan:

Yodo

La glándula tiroides produce las hormonas tiroideas, las cuales tienen un papel muy fundamental en todos los procesos metabólicos del organismo. y aquí es donde entra en juego el yodo, sin el que sería imposible producir esas hormonas.

Dado que algunas algas pueden superar en un solo gramo hasta un 2% de la dosis diaria recomendada, establecida en 150 microgramos, comer algas con frecuencia podría conducir a una sobredosis de yodo. Como consecuencia, se alteraría la función de la glándula tiroides dando lugar a la aparición tanto de hipertiroidismo como de hipotiroidismo.

En el primer caso, los síntomas más comunes son palpitaciones, exceso de calor, pérdida de peso, diarrea y ansiedad, El hipotiroidismo, en cambio, cursa con estreñimiento, cansancio, aumento de peso y frecuente sensación de frío.

A modo de guía, hay que tener en cuenta que tomar media cucharadita al día de arame o 2 hojas de nori ya cubren las necesidades diarias de yodo.

Arsénico

Algunas algas, como el hiziki, contienen arsénico en cantidades que podrían llegar a ser perjudiciales.

Se trata de una sustancia tóxica presente en algunos mares y lagos, en muchos casos debido a la contaminación.

Los síntomas de intoxicación por arsénico incluyen dolores gastrointestinales, diarrea, vómitos, calambres musculares, pérdida de peso, caída del cabello y alteraciones cardíacas y nerviosas, entre otras.

Sin embargo, en las algas más consumidas, como el nori, el wakame, el kombu y el arame, las concentraciones de arsénico son pequeñas y comerlas difícilmente causa problemas.

De todas maneras, si padeces un problema de tiroides, es aconsejable consultar al médico antes de consumir algas.

Las algas marinas se pueden adquirir en herboristerías y tiendas de dietética. Además, son fáciles de preparar y cocinar. Se pueden incorporar a cualquier preparación, dándole una textura y color únicos.

Con las debidas precauciones, las algas marinas se pueden convertir en una forma diferente de comer sano y mantener la buena salud de nuestro organismo.