Cuando pensamos en algas marinas, enseguida las relacionamos con la alimentación, posiblemente dentro del marco de una dieta saludable. No obstante, las algas marinas tienen otras funciones. Por un lado, aportan a la atmósfera gran parte del oxígeno que respiramos y son el hogar de miles de animales acuáticos. Pero el ser humano también ha aprendido a utilizarlas en diferentes campos. Uno de ellos es el de la cosmética natural.
Aunque las algas han formado parte de la alimentación de gran parte de la humanidad desde hace siglos, no fue hasta mediados del siglo XX cuando la industria cosmética, y concretamente la francesa, se fijó en ellas.
Hoy en día se sabe que los principios activos de las algas marinas son muy útiles para el cuidado de la piel, por lo que muchos productos cosméticos ya las incluyen entre sus ingredientes. Incluso se aprovechan los polisacáridos que contienen sus paredes celulares para crear la textura untuosa y gelificante de las cremas.
Veamos más de cerca cómo funcionan.
¿Cómo actúan las algas marinas sobre la piel?
Nuestra piel es el órgano del cuerpo que está más expuesto a las agresiones causadas por el clima, los rayos ultravioleta del sol y las bacterias. Y a esto hay que añadirle los cambios relacionados con la edad.
Para que la piel se mantenga en buena forma y tenga un aspecto sano y joven durante más tiempo, es imprescindible el colágeno.
Se trata de la proteína mayoritaria de la piel, el pelo, las uñas, las articulaciones, el tejido conectivo y los vasos sanguíneos. Es la encargada de mantener unidas las estructuras corporales, así como de darles firmeza y elasticidad.
Factores como el estrés, una mala alimentación, la contaminación y tomar el sol pueden ralentizar el proceso de producción de colágeno. De hecho, a medida que envejecemos (y sobre todo a partir de los 40 años), la cantidad de colágeno disminuye, pero también su calidad. Como resultado, aparecen las arrugas, la flacidez en la piel, la rigidez en las articulaciones, dolores musculares, el deterioro de la vista y un largo etcétera.
Para producir colágeno, el organismo necesita vitamina C y dos aminoácidos: la glicina y la prolina. Una de las ventajas de las algas marinas es que contienen tanto la vitamina como todos los aminoácidos, los esenciales y los no esenciales.
Las cremas preparadas con extractos de algas son capaces de frenar estos síntomas, ya que tienen propiedades tonificantes, antiarrugas, hidratantes y antioxidantes, dependiendo del tipo de alga utilizada.
Tipos de algas usadas en cosmética
Las algas marinas se clasifican según el color: pardas, verdes, verde azuladas y rojas. Aunque todas son beneficiosas, cada uno de estos grupos aporta propiedades diferentes que las hace más adecuadas para un tipo de piel específica.
Algas verde azuladas
Destacan por sus propiedades antioxidantes, que ayudan a proteger el colágeno existente en la piel, reducen las arrugas y suavizan las líneas de expresión. La más conocida es la espirulina, rica en vitamina C.
Algas verdes
Estas algas tienen propiedades emolientes, hidratantes y antiinflamatorias. Las más utilizadas en cosmética son la Ulva lactuca, también conocida como lechuga de mar, y la chlorella.
Algas rojas
Las algas de este grupo son ricas en carragenatos, una sustancia que se usa como emulsionante para mejorar la textura de las cremas. También son excelentes para nutrir e hidratar la piel gracias a las proteínas y vitaminas que contienen. Al mismo tiempo, son útiles para proteger la piel de la acción dañina de los radicales libres.
Son ejemplos de algas rojas el musgo de Irlanda y el dulse.
Algas pardas
La riqueza de antioxidantes de las algas pardas las convierte en un ingrediente imprescindible de las cremas antienvejecimiento. El fucus y la alaria, por ejemplo, se emplean en cremas anticelulíticas porque ejercen un efecto drenante y tienen propiedades reafirmantes y reductoras. Mientras que la alaria, que es rica en ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, estimula la producción de colágeno y de elastina.
Los beneficios de las algas marinas para la piel
Las algas marinas contienen nutrientes importantes que aplicados a la piel hacen que esta goce de buena salud. Estos son algunos de los beneficios que le proporcionan:
Hidratación
Las algas marinas tienen la capacidad de absorber y retener la humedad en la epidermis. Al evitar la pérdida de agua también se retrasa la sequedad de la piel y la aparición de arrugas.
Barrera protectora
Minerales como el zinc y el magnesio, presentes en las algas, protegen la piel de agentes externos como la contaminación, los rayos ultravioleta y las variaciones de temperatura.
Bactericida
Los nutrientes de las algas marinas evitan que las bacterias se acumulen en la piel, aliviando los problemas de hipersensibilidad y de acné.
Rejuvenecedor
Los aminoácidos y las vitaminas que poseen las algas dan luminosidad a la piel y suavizan las líneas de expresión al estimular la producción de colágeno.
Reafirmante
Las algas pueden estimular los fibroblastos de las células responsables de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Por otro lado, la clorofila oxigena la piel combatiendo la falta de elasticidad que le da apariencia de sequedad.
Anticelulítico
Las algas marinas reactivan la circulación gracias a su capacidad para aumentar el flujo sanguíneo y linfático. De esta manera, es más fácil eliminar la grasa localizada y la piel de naranja, ambos precursores de la celulitis.
Antioxidante
Las propiedades antioxidantes de las algas marinas protegen la piel de los efectos dañinos de los radicales libres, los causantes de acelerar el envejecimiento de la piel.
Detoxificante
Oligoelementos como las vitaminas y los minerales de las algas favorecen la eliminación de toxinas por parte del organismo. Esto permite la renovación de las células de la piel y el retraso en la aparición de manchas y arrugas.
No hay duda de que los productos cosméticos elaborados con algas marinas mejoran considerablemente el aspecto de la piel. Sin embargo, no todos son 100% naturales y algunas empresas aprovechan que las algas marinas están de moda para vender productos que no son tan beneficiosos. El consejo es que leas bien las etiquetas para elegir cremas que sean realmente naturales y tu piel pueda aprovechar bien las virtudes de las algas marinas.
