Que el cacao, soluble o en forma de chocolate, nos causa placer, es un hecho. Hace más de 3.000 años que el ser humano se dio cuenta de que al tomarlo mejora nuestro ánimo, cargamos las pilas y la ansiedad disminuye. Y es que se trata de un alimento con propiedades estimulantes, energéticas y reconstituyentes.
Sin embargo, no acostumbra a formar parte de las dietas debido a la gran cantidad de grasas y azúcares que contiene. Así que muchas personas lo evitan sin saber que también puede ser un alimento muy beneficioso para la salud.
Pero, ¿aplica esta idea a todo tipo de cacaos y chocolates?
Y, ¿hasta qué punto sus grasas nos benefician o perjudican?
Las grasas del cacao son beneficiosas
En 100 g de cacao hay un total de 14 g de grasas, de los que 8 g son saturados, es decir, un 60%. El 40% restante lo componen ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.
En el caso del chocolate negro, la proporción de grasas saturadas asciende a 19 g, de un total de 31 g, por lo que estaría dentro del grupo de alimentos grasos, junto con los quesos curados, los embutidos, los aceites y las mantequillas.
La buena noticia es que, aunque las grasas saturadas son perjudiciales para el corazón y el cerebro, las del cacao, no (o, al menos, no tanto).
Resulta que buena parte de esas grasas está formada por un ácido graso saturado llamado ácido esteárico. Este, al ser ingerido y llegar al hígado, se transforma en un ácido graso monoinsaturado: el ácido oleico, mucho más saludable para el organismo. De entre sus propiedades destacan dos:
- La capacidad, no sólo de disminuir los niveles de colesterol malo (LDL), sino de aumentar los del bueno (HDL).
- Mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos para responder mejor a los cambios de presión y evitar descompensaciones.
Otra buena razón para tomar cacao tiene que ver con la fibra y los flavonoides.
El cacao es un alimento rico en fibra (33 g/100 g), un nutriente que produce saciedad y puede ayudar a controlar el deseo de comer entre horas.
Por otro lado, antioxidantes como los flavonoides regulan el metabolismo de los lípidos, impidiendo que se acumulen en los tejidos.
La acción de ambos elementos podría ayudar a prevenir la obesidad causada por dietas ricas en grasas. Pero, como cualquier otro alimento, hay que tomar cacao en su justa medida.
Las grasas del cacao pueden ser perjudiciales
Decir ahora que las grasas del cacao no son buenas para la salud parece una contradicción, teniendo en cuenta lo que acabamos de ver en el apartado anterior. Aunque, precisamente por las grasas se ha etiquetado siempre al cacao, y especialmente al chocolate, como uno de los alimentos que más engordan. De hecho, ha habido bastante controversia sobre el tema.
En 2012, investigadores de la Universidad de California publicaron un estudio en el que aseguraban que quienes consumían chocolate (la forma más habitual de tomar cacao) de manera regular adelgazaban más que aquellos individuos que lo comían ocasionalmente. El estudio solo tuvo en cuenta a adolescentes y adultos jóvenes, por lo que los resultados no aplicaban a todos los rangos de población. Sin embargo, muchos lo utilizaron para justificar que el chocolate no engorda.
Entonces, la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) publicó un artículo para contrarrestar dicho estudio. Allí dejaba claro que el chocolate, al tener grasas saturadas, nunca ayudará a perder peso. Además, es un alimento que aporta muchas calorías, más de 500 kcal por cada 100 gramos (en el caso del cacao puro, 230 kcal, y más de 330 kcal si es azucarado). Si no somos capaces de quemarlas, se acumularán en el cuerpo en forma de grasa.
No olvidemos que no todas las grasas saturadas del cacao se convierten en ácido esteárico. Por eso, lo ideal es comerlo por la mañana o al mediodía para que el organismo tenga tiempo de quemar toda esa energía.
Tampoco deberíamos hacer mucho caso de la publicidad, sobre todo cuando insinúan que un chocolate con alto contenido en cacao no engorda. Es cierto que cuanto más cacao se haya utilizado en su elaboración, menos grasas y azúcares añadidos tendrá. Pero al elaborar la gran mayoría de chocolates también se les añaden aceites vegetales y frutos secos que incrementan, a veces por tres, los porcentajes de grasas.
Solo hay que echar un vistazo a las etiquetas nutricionales de cada producto para descubrir la cantidad de calorías y grasas que contienen.
Para evitar tener problemas, la clave está en elegir bien el tipo de cacao o de chocolate, y en la moderación.
Al elegir el cacao, deberíamos decantarnos por aquel que sea puro y poco procesado. Mientras que para el chocolate lo mejor es optar por una variedad que contenga más del 70% de cacao. En ambos casos el contenido de azúcar será bajo y la concentración de antioxidantes, elevada.
En cuanto a la cantidad, podemos tomar hasta 30 g diarios, pero si tenemos tendencia al sobrepeso es preferible darnos un capricho solo de vez en cuando.
Usos y beneficios de la manteca de cacao
La grasa natural del cacao es la manteca de cacao. Se obtiene mediante el prensado, después de fermentar, secar y tostar las semillas del fruto del cacaotero. En ocasiones se extrae utilizando disolventes orgánicos. En estos casos necesitará pasar por un proceso de refinado para eliminar los restos de las sustancias químicas.
Gracias a sus cualidades, la manteca de cacao es un producto muy apreciado en los sectores de la cosmética y la gastronomía (especialmente en pastelería y confitería).
Por ejemplo, a temperatura ambiente la podemos encontrar en estado sólido, mientras que su punto de fusión ronda los 30º-34ºC. Esta característica es la responsable de que el chocolate, si es de calidad, se funda al introducirlo en la boca.
Por otro lado, cuando entra en contacto con la piel, los lípidos de la manteca penetran con facilidad en la epidermis. De esa manera impide la pérdida de agua, favorece su hidratación y mejora la elasticidad. En usos cosméticos, es un producto apto para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles.
Como resultado, la manteca de cacao se utiliza en cremas hidratantes, bálsamos labiales y mascarillas y acondicionadores capilares.
Gracias a estas propiedades, la manteca de cacao…
- Previene la sequedad de la piel, disminuye la tirantez y alivia el picor.
- Repara los labios agrietados.
- Como ingrediente de espumas de afeitar, protege y calma la piel.
- Alivia el picor de las erupciones y ayuda a cicatrizar las quemaduras leves.
El cacao es un alimento saludable por muchos otros motivos (contiene vitaminas, fibra, minerales y antioxidantes). No obstante, no debemos olvidar que es muy calórico y contiene un alto porcentaje de grasas. Así que, para beneficiarnos de sus propiedades no debemos sobrepasar la cantidad diaria recomendada.