La diabetes tipo 2, que aparece principalmente en personas adultas, es una disfunción del organismo que provoca niveles elevados de glucosa en la sangre de forma continua.
En la actualidad, es una de las patologías que causa más complicaciones de salud, pudiendo afectar a casi cualquier órgano del cuerpo.
Aunque la diabetes tipo 2 no tiene cura, sí se pueden tomar ciertas medidas para controlar la enfermedad. Comer de forma equilibrada, mantenerse en el peso óptimo y hacer ejercicio con regularidad, son factores que forman parte de la solución.
Sin embargo, existen personas que con esto no tienen suficiente y necesitan un tratamiento farmacológico.
Por otro lado, un diabético no puede desterrar por completo el azúcar de su dieta. Es el principal combustible del organismo y necesario para que este realice funciones vitales. Por eso los especialistas recomiendan un consumo moderado, pero controlando muy bien la cantidad de hidratos de carbono ingeridos a lo largo del día.
Y, ¿qué ocurre con el cacao? Está claro que es un alimento excelente desde el punto de vista nutricional:
- Libera neurotransmisores que reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo.
- Contiene minerales como el magnesio, el fósforo y el hierro.
- Es rico en flavonoides, conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Ahora bien, ¿es un alimento recomendado para pacientes con diabetes?
Cómo actúa el cacao sobre la diabetes
Cuando a una persona se le diagnostica diabetes, una de las primeras recomendaciones que recibe tiene que ver con la dieta. A partir de ese momento, deberá prescindir de ciertos alimentos. Entre ellos, se encuentra el chocolate, ya que suele contener azúcares y grasas añadidos, así como otros ingredientes poco saludables.
Hoy en día existen en el mercado muchas variedades de chocolate sin azúcar aptas para diabéticos. Sin embargo, siempre es aconsejable leer bien el etiquetado.
Por otro lado, diversas investigaciones han demostrado que el cacao natural, de gusto amargo, ayuda a regular los niveles de glucosa y reduce el riesgo de padecer complicaciones relacionadas con la diabetes.
Por ejemplo, una investigación llevada a cabo por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC), la Universidad Complutense de Madrid y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) concluyó que los flavonoides del cacao pueden ralentizar el avance de la enfermedad, frenando la aparición de problemas relacionados con ella, como los cardiovasculares o de la vista. De hecho, estos antioxidantes reducen el estrés oxidativo, mejoran la resistencia a la insulina y regulan el metabolismo de la glucosa.
A esa misma conclusión llegó recientemente un pequeño estudio realizado por el Centro para la Salud Cardiometabólica Global, de la Universidad de Brown (EE.UU.), que apunta a que esos beneficios se obtienen al comer una onza de chocolate negro al día.
Otro estudio realizado por el mismo equipo del ICTAN-CSIC tenía como objetivo analizar la disbiosis (desequilibrio de la flora intestinal), muy común en enfermos diabéticos. Aunque es necesario ampliar la investigación, los análisis preliminares revelan que el cacao es capaz de regular la microbiota del intestino.
A pesar de las bondades del cacao, eso no significa que un diabético pueda comer chocolate sin control. Siempre hay que ajustarse a la cantidad recomendada y leer las etiquetas nutricionales porque algunas marcas cuentan con productos de alto porcentaje en cacao, pero que incluyen demasiado azúcar, grasas y calorías en su composición.
¿Qué tipo de chocolate puede comer un diabético?
El ingrediente principal del chocolate es el cacao, así que la recomendación a seguir es la siguiente: cuanto más alto sea el porcentaje de cacao, más elevado será el de flavonoides y más bajo será el contenido de azúcar.
Este tipo de chocolate será el que aportará todos los beneficios que hemos visto anteriormente y, además, tendrá el índice glucémico más bajo. En el caso del chocolate negro, este es de 22, frente al 43 del chocolate con leche o el 45-60 del blanco, que no contiene cacao, sino su manteca.
A la hora de elegir un cacao o un tipo de chocolate, es preferible decantarse por aquellos que contengan un 70% de cacao, o más, y estén libres de azúcar.
Tampoco se debe consumir más de 40 gramos al día, según recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
El resto de chocolates puede que sean sin azúcar, pero los fabricantes les añaden leche, grasas, frutas o frutos secos, que aumentan considerablemente los niveles de azúcar y de calorías. Así que, lo mejor es huir de ellos y de sus derivados: bollería, cremas, bombones, etc.
De todas maneras, siempre es recomendable que una persona diabética consulte con su médico o nutricionista antes de incluir el cacao en la dieta.
Diabetes y obesidad
Uno de los motivos por los que una persona diabética debe ir con cuidado a la hora de consumir chocolate tiene que ver con un potencial aumento de peso.
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo que con el tiempo dan lugar a la aparición de la diabetes tipo 2. Y si ya se padece la enfermedad, pueden aumentar sus complicaciones y dificultar el control de la glucosa en la sangre.
Los científicos han llegado a la conclusión de que un consumo moderado de cacao puro o de chocolate negro con alto porcentaje en cacao, no engorda. Es más, tiene efecto saciante, lo que evitará el picoteo entre horas. Eso sí, siempre debe ir acompañado de una dieta equilibrada y de ejercicio regular.
Parece ser que el culpable de este efecto es un antioxidante presente en el cacao, llamado epicatequina, y que está relacionado con la pérdida de peso y el aumento de la masa muscular. Además, libera grelina, la hormona que suprime el apetito.
En resumen, podemos concluir que cualquier diabético puede disfrutar del cacao, en polvo o en tableta. Si se elige bien el tipo de chocolate y se consume con moderación, no solo se beneficiará de sus propiedades saludables, sino que podrá tener un mejor control glucémico.