Una de las maneras más naturales de refrescarse durante los meses de verano es comiendo una buena tajada de sandía. Al tener más de un 90% de agua, es una fruta ideal para combatir el calor y evitar la deshidratación. Sin embargo, la sandía es mucho más que agua. También contiene nutrientes muy beneficiosos para la salud.
Hoy en día se pueden encontrar sandías frescas en los mercados durante buena parte del año. Pero también se puede comprar sandía deshidratada, una versión que conserva completamente todos los nutrientes y que nos permite aprovecharnos de ellos en cualquier momento.
Propiedades de la sandía deshidratada
El nutriente principal de la sandía son los hidratos de carbono, por lo que comerla en exceso puede dar lugar a un aumento de peso y de los niveles de azúcar en sangre.
También es rica en vitaminas, antioxidantes y minerales.
Vitaminas
La sandía contiene ciertas cantidades de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B5 y B6), todas ellas necesarias para que nuestro organismo se desarrolle correctamente y funcione de manera óptima. Entre otras cosas, nos ayudan a obtener energía de los alimentos, intervienen en la formación de los glóbulos rojos y contribuyen al buen funcionamiento de los músculos y del sistema nervioso.
En cambio, las vitaminas que más abundan en la sandía son la A y la C. La primera es fundamental para tener una buena salud ocular y garantizar el buen funcionamiento del sistema inmunitario. La segunda, actúa como antioxidante.
Antioxidantes
Además de la vitamina C, la sandía posee otras sustancias importantes: el betacaroteno y el licopeno.
Los tres son potentes antioxidantes que evitan la pérdida de colágeno y ayudan a combatir el daño que producen los radicales libres, especialmente en lo que tiene que ver con el envejecimiento prematuro de las células. Como resultado, nuestros órganos y tejidos se mantienen sanos durante más tiempo y se retrasa la aparición de enfermedades.
Minerales
La sandía contiene minerales esenciales para el organismo. Los más abundantes son el fósforo, el potasio y el magnesio. Juntos contribuyen a la buena salud de los huesos, los músculos y los nervios. Pero también son muy importantes en el control de la presión arterial, el ritmo cardíaco y la reparación de tejidos.
Citrulina
Otro componente destacable de la sandía es la citrulina, un aminoácido que tiene como función principal aumentar la resistencia física, disminuir la fatiga y estimular la recuperación muscular después de un entrenamiento. De ahí que forme parte de algunos suplementos deportivos.
Beneficios de la sandía deshidratada
Consumir sandía deshidratada es una buena forma de adquirir ciertos nutrientes esenciales que solo podemos conseguir a través de los alimentos. A su vez, esos nutrientes nos aportan beneficios suficientes para que nuestro organismo se mantenga sano. A continuación te mostramos algunos:
Favorece la salud ocular
Los antioxidantes de la sandía, junto con la acción de la vitamina A, actúan como protectores de la vista. No solo fortalecen la retina, sino que protegen el ojo de la radiación ultravioleta del sol y retardan la degeneración macular relacionada con la edad.
Mantiene un corazón saludable
El estrés oxidativo puede provocar la aparición de afecciones cardiovasculares. Para combatirlo, nada mejor que los antioxidantes que, como ya hemos visto, están muy presentes en la sandía.
De todos ellos, el licopeno es el que más contribuye a la salud del corazón porque reduce considerablemente algunos de los factores desencadenantes: el colesterol alto, la hipertensión y la rigidez de las paredes arteriales.
Es un antiinflamatorio natural
La respuesta de nuestro organismo ante el estrés oxidativo suele ser la inflamación. Por eso, debido a los antioxidantes que contiene, consumir sandía puede ser un buen remedio natural para reducir y aliviar los síntomas de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.
Alivia el dolor muscular
Gracias a la citrulina, comer sandía antes de realizar ejercicio puede ser una buena opción para mejorar el rendimiento y reducir el dolor muscular causado por el esfuerzo físico.
Puede prevenir el cáncer
Aunque se necesitan más estudios al respecto, hasta ahora las investigaciones apuntan a que los antioxidantes de la sandía en general, y el licopeno en particular, disminuyen el riesgo de sufrir cáncer y frenan el crecimiento de tumores.
Mejora la digestión
La sandía es rica en fibra, un nutriente que mejora el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento.
Es buena para el cabello y la piel
Si queremos potenciar la buena salud del cabello y de la piel, debemos tener suficiente colágeno en nuestro organismo. Y para producirlo es necesaria la vitamina C, abundante en la sandía. El colágeno fortalece las fibras capilares y estimula el crecimiento del cabello, pero también contribuye a que tengamos una piel más firme y elástica.
Por otro lado, la vitamina A protege los tejidos de los rayos UV y fortalece los folículos capilares.
Estimula la función cerebral
Otro de los componentes de la sandía es la colina. Este compuesto es necesario para mantener una buena memoria y regular los estados de ánimo. También se encarga de la transmisión de los impulsos nerviosos y de proteger las membranas celulares. Además, en colaboración con los antioxidantes, la colina puede retrasar la aparición del Alzheimer y la demencia.
Contraindicaciones de la sandía deshidratada
Por regla general, el consumo de sandía, ya sea natural o deshidratada, no presenta ningún problema. Sin embargo, cuando se come en exceso sí que pueden aparecer algunos síntomas desagradables, como náuseas, indigestión y diarrea.
Tampoco deben abusar de la sandía las personas que padezcan las siguientes afecciones:
- Insuficiencia renal. En estos casos, si se ingiere demasiado potasio, los riñones pueden tener problemas para eliminarlo. Entonces habría un nivel elevado de potasio en la sangre, lo que puede ser muy peligroso para la salud.
- Hipercalemia grave. Estos pacientes ya tienen niveles de potasio altos en sangre, por lo que no les conviene abusar de la sandía.
- Síndrome de colon irritable. Quienes padecen este problema deben consumir de forma moderada alimentos que contengan fructosa, como la sandía.
Usos de la sandía deshidratada
La sandía deshidratada es ideal para tomar como tentempié en cualquier momento del día. Pero también puedes echar mano de tu imaginación y utilizarla en creaciones más originales, combinándola con quesos, postres y ensaladas.